Las Bodegas A7 acogieron ayer los villancicos tan pegadizos de la Zambonbá Rociera. Era la cuarta edición y volvían tras un año de parón obligatorio por la pandemia y con ese cambio de ubicación, ya que la última se celebró en el Museo del Vino.
En la Zambombá, junta al coro Alma Rociera de Valdepeñas, se encontraban el del Jesús del Perdón de Tomelloso y el Romero Virgen de la Cabeza de Daimiel que a partir de las 12:00 horas comenzaron a llenar de música y Navidad el bonito enclave de la Ciudad del Vino.
Fueron alrededor de 100 personas las que se dieron cita en una mañana en la que el sol apareció y, pese al frío, el sol se encontraba presente en una mañana idílica para encontrarnos en diciembre.
Fue una fiesta a la que acudió público de todas las edades para disfrutar de los villancicos que pintan de colores la Navidad y que potencian a un más ese sentimiento a aquellos que tanto aman estas fechas tan señaladas.