Las misas del Miércoles de Ceniza suponen uno de los momentos más especiales para los cristianos de fe. El polvo del que surge la vida vuelve a los creyentes 40 días antes de la Resurrección en señal de inicio de un periodo de austeridad, al mismo tiempo que de felicidad.
Esta preparación mediante ayuno no se traduce solo en un esfuerzo alimenticio, sino que la Iglesia católica habla de amar a Dios y a nuestros hermanos, y de olvidarnos por un momento del ego.
Esto mismo les ha explicado el párroco a los adolescentes de las Salesianas de Valdepeñas que han asistido a una de las eucaristías de esta mañana y que seguirán esta tarde para adultos.
Y todo ello delante de la imagen de San José que ha vuelto a la Iglesia de la Asunción después de 50 años.
Una toma de conciencia de la vida cristiana que coincide con la festividad de la Sardina para muchos otros y que ha servido a estos estudiantes para agradecer y pedir.