Desde el pasado sábado 15 de septiembre se está celebrando en la parroquia de Santa Catalina el novenario de despedida a la patrona, Virgen de Peñarroya, preparatorio del traslado al Castillo de su nombre, que será este lunes 24. En principio, la procesión de bajada al Humilladero, prevista para el domingo, y la de subida al altar el lunes, volverán a ser como antes de la pandemia, con música y baile de banderas incluidos.
El novenario se ha celebrado todas las noches, con rezo del rosario y novena a las siete de la tarde, seguido de la misa, celebrándose la última función el domingo a las doce del mediodía. El domingo 23, por la noche, una vez finalizada la misa de la tarde, a las ocho y media comenzará el traslado procesional de la Virgen desde la parroquia de Santa Catalina a la ermita del Humilladero, con acompañamiento musical y baile de las banderas. Una vez en la ermita, donde pasará la noche, será colocada en el altar mayor, rezándose el rosario a las diez.
Aunque es tradicional que la ermita del Humilladero permanezca abierta toda la noche, ya que son muchos los devotos que permanecen durante toda la anoche acompañando a la imagen de la Patrona, en cumplimiento de promesas, la Junta Directiva de la cofradía ha considerado que por la situación sanitaria de este año cerrar la ermita de doce de la noche a las seis de la madrugada.
Posteriormente, se rezará el rosario a las 7,30 de la mañana y se oficiará la misa a las 8, saliendo la comitiva de despedida a las diez y media de la mañana desde la ermita hasta el altar de la plaza de toros, donde el alcalde, Eulalio Díaz Cano, será el encargado de cerrar el cochecillo de viaje y se trasladará al Castillo. Por la tarde se rezará el rosario en el santuario, despidiéndose la cofradía solanera hasta septiembre, cuando la víspera del segundo domingo volverá a hacerse cargo de la imagen.
Hay que recordar que la Virgen de Peñarroya es trasladada desde la parroquia de Santa Catalina a la ermita del Humilladero el domingo siguiente a la festividad de San Antón, por lo que su esa fiesta coincide con domingo no se traslada hasta el domingo siguiente y el lunes es llevada al Castillo. El pasado año, debido a la situación sanitaria y no celebrarse procesión el domingo, la imagen se trasladó al Castillo directamente desde la parroquia de Santa Catalina, Asimismo, hubo cambio en la fecha de traslado, que fue veinte días después de lo tradicional, debido a la situación de cierre perimetral existente en la localidad por la pandemia.