El empresario Félix Solís Yáñez considera conveniente, tras el proceso de liquidación ya irreversible de la Asociación Interprofesional de la Denominación de Origen Valdepeñas, que se abra un periodo de tranquilidad en la Denominación de Origen Valdepeñas, bajo tutela y gestión de la Junta de Castilla La Mancha y que el vino de Valdepeñas deje de asociarse a conflictos y polémicas.
La liquidación y extinción, ya irreversibles del Consejo Regulador, puede no ser una noticia tan negativa. Con la dimisión comunicada ayer, del presidente de la entidad, Carlos Nieto, la Denominación de Origen tiene ante sí un largo periodo de gestión directa a cargo de quien tiene las competencias en materia de denominaciones de origen de calidad, la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla La Mancha. Todo esto no es un problema, en palabras de Félix Solís, sino quizá, el inicio de la solución.
En una entrevista concedida hoy a Televaldepeñas, Félix Solís asegura que la D.O. a cargo los últimos seis meses del Gobierno regional, está funcionando bien. Las ventas continúan a buen ritmo y el nombre de Valdepeñas deja de ser sinónimo de enfrentamientos y problemas.
Solís comparte que la Interprofesional de la D.O. tiene que refundarse, pero incide en que no hay prisa.
Pero hay inconvenientes, y no menores. La labor de promoción de la imagen del vino de Valdepeñas o la asistencia a ferias internacionales son imprescindibles y sin consejo regulador, no son posibles.
Félix Solís pone como ejemplo del buen futuro de la D.O. Valdepeñas, la bodega robotizada de crianza que su compañía ya ha construido, que está empezando a llenarse y que podrá ser presentada en febrero de 2022.