Las cooperativas vinícolas ‘Santa Catalina’ de La Solana, y ‘Galán’ de Membrilla acaban de unir sus fuerzas para ampliar su gama productiva y dar otro paso adelante. Ambas entidades han creado ‘Frutos Secos Manchegos’, una cooperativa de segundo grado que procesará y comercializará almendra y pistacho. Este martes, el auditorio de la Casa de Cultura de La Solana escenificó la presentación oficial de la nueva entidad, que nace con un claro afán de trabajo en común para aprovechar el tirón de un sector en pleno crecimiento.
Alrededor de un centenar de productores conocieron con detalle los porqués de este proyecto conjunto y qué objetivos se marca a medio y largo plazo. El primer presidente de ‘Frutos Secos Manchegos’ es Agustín Fuentes, a la sazón presidente de ‘Galán’ de Membrilla, y el vicepresidente Pedro José Martín-Zarco, presidente de ‘Santa Catalina’. La elección fue por sorteo y la presidencia será rotatoria entre los mandatarios de ambas entidades, ya que ninguna tendrá preponderancia sobre la otra. Ambos estuvieron acompañados en la presentación por sus gerentes, Pedro Jesús Moraleda y Rafa Bermejo, en una presentación que también contó con la presencia de los concejales de Agricultura de ambos municipios, Julián Díaz-Cano y e Iván Villahermosa.
Las instalaciones estarán ubicadas en el polígono industrial de Manzanares, donde la cooperativa ‘Galán’ tiene un emplazamiento amplio para operar. Recibirá un alquiler por ello, aunque la maquinaria sí es propiedad de ‘Frutos Secos Manchegos’. La planta está preparada para procesar 600 kilos a la hora en seco y el objetivo es empezar el 15 de agosto. Cada socio tiene que aportar 1.000 euros de capital social y el 5 por ciento se retendrá durante diez años, aunque reembolsable después. Las cooperativas base han invertido 400.000 euros, aunque a modo de préstamo a la nueva entidad, que necesitaba financiación para arrancar.
“Llevamos más de un año pensando cómo hacerlo y al final hemos decidido unirnos porque es la mejor manera de reducir costes de producción”, declaró a Radio Horizonte el presidente de Santa Catalina, Pedro José Martín-Zarco. Al ser un cultivo a largo plazo, hace falta paciencia porque una plantación nueva de pistacho puede tarde 6 o 7 años en dar una producción aceptable. “Tenemos que comercializar año a año y ver a qué volumen de aceptación podemos llegar”.
Agustín Fuentes insiste en que se trata de “cerrar el círculo”. “La primera fase es el secado del pistacho y la comercialización de la almendra; más adelante llegará la venta al público y la exportación a otros países, que es donde se está destinando la mayor parte de la producción de ambos frutos secos”. De momento, la nueva cooperativa de segundo grado cuenta con unas 700 hectáreas de socios que tienen una media aproximada de 5 hectáreas.