Es inconcebible que, a estas alturas y dadas las características climáticas de nuestro país, no estemos preparados mínimamente para afrontar los periodos de sequía, que ya son habituales. Aunque parezca elemental, la sociedad debe saber que en nuestro país no hay un reparto equitativo de un recurso tan imprescindible y escaso en algunas zonas como el agua. De hecho, es que ni siquiera hay una voluntad política real de afrontar este reto.
Cuando nos escuchan pedir desde ASAJA un Plan Nacional Hidrológico de forma urgente nos referimos precisamente a esto. Lo que estamos demandando es que nuestro país quede conectado hídricamente; como lo estamos para circular a través de autopistas y carreteras. Es simple, pero a la vez urgente y crucial, llevar el agua de las zonas excedentarias a las deficitarias; o lo que es lo mismo, desde donde sobra a donde hace falta.
¿Por qué no se ponen en marcha infraestructuras hidráulicas que desde hace años y años venimos reclamando desde ASAJA? Imagino que es porque se requiere una mínima implicación, valentía y compromiso. Pero lo cierto es que nadie quiere coger este guante con la suficiente firmeza. Algo tan básico como aprovechar el agua en lugar de dejar que se pierda en el mar, es un mal trágico e irreversible sobre el que no se están tomando cartas en el asunto.
Lo más fácil es esconderse detrás de una masa que ha apuntado con su dedo acusador al sector primario y le ha colgado el sambenito de esquilmador oficial de este recurso
Tenemos que beber y comer, y para esto se necesita irremediablemente agua. Quizás nadie se ha planteado los problemas que puede tener aparejados no estar preparados para gestionar un recurso vital. De momento, lo más fácil es esconderse detrás de una masa que ha apuntado con su dedo acusador al sector primario y le ha colgado el sambenito de esquilmador oficial de este recurso. Así que quizás debamos empezar por ahí, por explicar que los agricultores y ganaderos reclamamos agua para una sencilla razón: poder producir alimentos con los que dar de comer a la sociedad.
Por eso, quiero aprovechar esta marcada fecha del Día Mundial del Agua para exigir inversiones que permitan una gestión seria y eficaz de este recurso y, especialmente, poner en valor el regadío; nos va en ello la capacidad de alimentar a nuestro país. Además, un regadío sostenible como el que se viene desarrollando en los últimos años en nuestra región. A través del regadío se puede optimizar el uso del agua, aplicando la cantidad necesaria en el momento adecuado, lo que minimiza el desperdicio y contribuye a la conservación de este recurso vital. El regadío controlado permite mantener niveles óptimos de humedad en el suelo, lo que puede mejorar la calidad de los cultivos y el valor nutricional. El regadío adecuado puede ayudar a prevenir la erosión del suelo al mantener una cobertura vegetal constante y reducir la pérdida de nutrientes.
El agua y la alimentación es un binomio inseparable y la defensa del regadío para producir alimentos es esencial para promover un sistema alimentario más sostenible, resiliente y equitativo, que garantice la seguridad alimentaria y el acceso a los alimentos para las generaciones presentes y futuras. Está claro, de seguir con la política hidrológica actual, nos vemos abocados al incremento de los precios de los alimentos, a una menor capacidad productiva para atender la demanda de alimentos, así como al empeoramiento de la despoblación de nuestras zonas rurales.
Termino estas líneas respaldando, como representante de ASAJA, la petición de las Comunidades de Usuarios de Aguas Subterráneas (CUAS) a las Administraciones responsables de llevar a cabo un aporte de 20 hm3 de los pantanos de cabecera del río Tajo a Las Tablas de Daimiel, aprobado en su momento. Dadas las actuales condiciones climatológicas, la situación favorable del cauce del río Cigüela y el nivel de encharcamiento, en este momento sería una aportación efectiva para Las Tablas, sin crear más presión a determinados acuíferos del Alto Guadiana.
En cualquier caso, ésta es una de las muchas y diversas las soluciones intermedias que le hemos trasladado a la Administración que supondrían un ahorro importante de agua, además de un gran beneficio medioambiental. Que a nadie se le olvide que todos estamos preocupados por las consecuencias de la sequía, pero somos los primeros interesados en ponerle solución, porque nuestro compromiso es con el campo
Florencio Rodríguez es Secretario General de ASAJA Ciudad Real