La Asociación de Empresarios FECEVAL celebró anoche un primer encuentro llamado “de sinergia empresarial”, en el que se presentaron los vinos de la bodega Quinta de Aves en la casa rural de la empresa hostelera La Pará Rociera, empresas ambas asociadas a FECEVAL.
La experiencia es pionera y ha supuesto un reencuentro de los integrantes de la Asociación de Empresarios de las Comarcas de Valdepeñas, Campo de Montiel y La Solana, FECEVAL. El encuentro fue también la presentación de un nuevo alojamiento rural, ubicado en la calle Virgen y que posee varias cuevas de tinajas de reciente descubrimiento, porque la mayor de ellas se encontraba oculta y ha sido rehabilitada. La casa pertenece al hostelero onubense Alfonso Martínez, propietario del restaurante y área de descanso La Pará Rociera, en la Autovía de Andalucía.
Cándido Simarro, presidente de FECEVAL, destacó lo positivo de estos encuentros, que el paso de la pandemia empieza a permitir y que ponen de relieve a los protagonistas de la cita, en este caso la empresa hostelera y unos vinos aún poco conocidos entre el público de Valdepeñas, además de favorecer una relación fructífera entre empresarios.
El sumiller Francisco López de Lerma realizó una cata comentada de tres vinos de Quinta de Aves, un blanco Sauvignon Blanc, un rosado con uvas de la variedad Graciano y un tinto Syráh. Tres caldos acompañados de viandas, como un lomo de orza o un paté de perdiz, especialidades de La Pará Rociera.
Quinta de Aves se encuentra en el término de Moral de Calatrava, a medio camino entre esta localidad y las de Valdepeñas y Santa Cruz de Mudela. Sus actuales propietarios la adquirieron en 1980 y no fue hasta años después, cuando empezaron a elaborar unos vinos que, a juicio del experto, son más que interesantes.
