El sábado, en la noche, estábamos convocados a la “VII Gran Gala de la Zarzuela” y un fin solidario presidía la llamada “a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer”.
Un año más, Francisco Antonio Moya, se enfundó su traje y tomó su batuta para dirigir el evento; el jueves anterior había estado en nuestra sede para “pulir” y “adaptar” nuestros ensayos con todo aquello que le bulle en la cabeza, que no es poco; da gusto verlo mover las manos, asociar gestos e incluso bromear con alguna que otra cuestión.
El trabajo de la Coral estaba totalmente pergeñado con las horas dedicadas por su director, Carmelo Navas, a enseñarnos los números en los que habríamos de intervenir. Paco, el director de la OFMAN (Orquesta Filarmónica La Mancha), creo que piensa que “los de la coral” sabemos música, pues se dirige a nosotros como “profesionales”; eso debe ser porque Carmelo logra disimular bien nuestras propias carencias, ya que la inmensa mayoría nada sabemos leer en una partitura y que nuestro oficio viene más por los años dedicados a cantar, ya sabéis “sabe más el diablo por viejo que por diablo”.
Nunca es fácil para nosotros esta gala, por esto y por todo lo que nos encontramos al llegar al auditorio: un escenario mal distribuido y sin sillas para todos la cincuentena de componentes de la Coral; bien es cierto que, tras el consiguiente malestar, se pudo volver a montar el escenario y todo el mundo tuvo su silla gracias al trabajo de los dos operarios del teatro que siguieron nuestras consignas ampliando la extensión de la gradería.
A las seis de la tarde tuvimos nuestra primera toma de contacto con la OFMAN, a las siete estábamos acabando de buscar sillas para todos y desmontando el escenario y volviéndolo a montar antes de que el telón se abriera.
Con un poco de retraso, cada uno fue tomando su lugar en el escenario y se preparó para comenzar “los números” que se iban a ir siguiendo a lo largo de la Gala; un pequeño incidente –una caída de una persona mayor bajando los escalones— propició esta pequeña tardanza.
Francisco Antonio tomo su batuta con brío para que la orquesta comenzara el “Intermedio” de “La pícara molinera”, zarzuela que cuenta con la música de Pablo Luna y libreto de ÁngelTorres del Álamo y Antonio Asenjo Pérez, y un repiquetear de castañuelas acompañara el baile y la coreografía de Laura La Caleta. Tras el espectacular inicio, sonaron los compases de “Por el humo se sabe dónde está el fuego” de “Doña Francisquita”, libreto de Federico Romero y basada en “La discreta enamorada” de Lope de Vega, con música del maestro Amadeo Vives y la voz del tenor Joan Laínez se hizo grande para arrancar el primer gran aplauso de la noche. Después, la hermosa voz de Alicia Hervás vino a poner el punto y seguido al sainete lírico de “Entre Sevilla y Triana“ con música de Pablo Sorozábal y libreto de Luis Fernández de Sevilla y Luis Tejedor Pérez, y la canción “Dios te salve, Sevilla”para hacer las delicias del público.
La primera intervención de la Agrupación Coral “Maestro Ibáñez” vendría a continuación en “La canción del arlequín”, en la que actúo como solista la maravillosa soprano Jonaina Salvador, obra que pertenece a “La Generala” de Amadeo Vives, con libreto original de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios.
Tras ella, “Yo no me quiero morir” de “Aquella canción antigua” letra de Federico Romero y música de Joan Dotras Vila, que interpretó de forma magistral el tenor Juanma Cifuentes, que cuando aparece en escena todo cambia y no deja a nadie indiferente. Es un viejo conocido de este escenario y su interpretación primera hace las delicias del público, al que ya tiene expectante; después, manda parar al director y se dirige al público para decirles: “Vamos a cantar “Jácaras” (“las jácaras” era uno de los géneros satíricos que se representaban en los entreactos de las comedias del Siglo de Oro español, en forma de romance octosílabo) y quiero que ustedes me acompañen. Es fácil de cantar”. Y dicho esto, el tenor cómico enseña la melodía al público, que lo acompañará a lo largo de su interpretación junto con la Agrupación Coral “Maestro Ibáñez”; y con una sonrisa bordada en su boca,pertenece esta obra a “Golondrina de Madrid”de José Serrano.
Tras el aplaudido “show” de Juanma, será su compañera Alicia Hervás la que entonará con maestría, y del mismo autor anterior, “Canción gitana” de “La alegría del batallón” de José Serrano y texto de Carlos Arniches y Félix Quintana.
Luego, la voz de nuestra compañera de coral, Patricia Rodríguez se alzó esplendida y maravillosa en el Auditorio “Francisco Nieva” para llegar a cada uno de sus rincones e interpretar la célebre romanza “Al pensar en el dueño de mis amores” de “Las hijas del Zebedeo” de “Las Carceleras” de Ruperto Chapí y José Estremera. Una dicción perfecta y una espectacular interpretación de nuestra soprano que fue rubricada con una estruendosa ovación como colofón final de este conocido número musical.
Para terminar la primera parte, la OFMAN atacó para su interpretación las notas de “La mazurca de las sombrillas” de “Luisa Fernanda” de Federico Morenoy libreto de Guillermo Fernández-Shaw y Federico Romero. La Agrupación Coral “Maestro Ibáñez” unió sus voces a la filarmónica, mientras la coreografía de Laura La Caleta y sus pasos de baile se abrazaban a la sombrilla. Las partes solistas de la canción fueron interpretadas por la soprano Jonaina Salvador y el tenor Joan Laínez.
Todas las interpretaciones, tanto de solistas como bailarina y coral, rayaron a gran altura y hubo aplausos, aplausos y más aplausos para esta hermosa culminación de la primera parte del programa.
Tras el descanso, la espectacularidad de uno de los números que más gustan al público, el “Intermedio” de “La boda de Luis Alonso”con música de Gerónimo Giménez y libreto de Javier de Burgos y Larragoiti que, prácticamente en pie y, nuevamente, las castañuelas de Laura La Caleta fueron referencia para un baile que, junto a la magnífica interpretación, el público aplaudió a rabiar al finalizar y dejarlo entregado.
“¿Barítono, tú?” de “El Barbero de Sevilla” con libreto de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios, y música de Gerónimo Giménez y Manuel Nieto, sería la siguiente canción a interpretar y, para ello, se asomaron al escenario del Francisco Nieva las voces de la soprano Jonaina Salvador y el barítono Daniel Báñez.
El “Dúo de Dolores y Rafael” de “La Dolorosa” de José Serrano y letra de Juan José Lorente fue la tercera pieza a interpretar y a ello se encaminaron con seguridad la soprano Alicia Hervás y Joan Laínez, que recibieron a su finalización un gran y cálido aplauso.
Y si hay una romanza emblemática en nuestra tierra, se habló de ella como posible himno de Castilla-La Mancha, esa es “Romanza del sembrador” de “La Rosa del Azafrán” de Jacinto Guerrero y letra de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Sería Daniel Báñez y su voz, el encargado de levantar las pasiones de los asistentes, acompañado en las partes corales por las extraordinarias voces de la Agrupación Coral “Maestro Ibáñez”. Un enorme aplauso vino a hacerse presente para agradecer la magnífica interpretación.
“Ketty y Soledad” de “Los sobrinos del Capitán Grant” pertenece a una zarzuela, denominada también como "novela cómico-lírico-dramática", basada en la novela de Julio Verne. El libreto es de Miguel Ramos Carrión y la música del maestro Manuel Fernández Caballero. Las sopranos, Jonaina Salvador y Alicia Hervás, vinieron a dar una réplica maravillosa, a la música que Francisco-Antonio Moya dirigía magistralmente.
Dos números vinieron a continuación a poner las sonrisas en las caras de los espectadores, ambos pertenecientes a “La leyenda del beso”, zarzuela con libreto de Enrique Reoyo, José Silva Aramburu y Antonio Paso, y música de los maestros Reveriano Soutullo y Juan Vert.Serían los encargados de poner sus voces a “Ay, sóplame, sóplame, sopla” la soprano Alicia Hervás y el tenor cómico Juanma Cifuentes que encandilaron con su buen saber hacer a todos los que estábamos en el teatro; luego, vino el “Fox-trot”, el baile y el meterse al público en el bolsillo, una vez más de Juanma, grande entre los grandes, y el acompañamiento coral de la “Maestro Ibáñez”.
Todo se iba dirigiendo al final, aunque aún quedaban dos interpretaciones, a cual más maravillosa, y en las dos las voces corales acompañaron maravillosamente a sus solistas; la primera, “¡Ay, mi morena clara” de “Luisa Fernanda”, con música de Federico Morenoy libreto de Guillermo Fernández-Shaw y Federico Romero, a la que se unió la voz de Daniel Báñez. Tras ella, y para poner el punto final, la “Jota” de “Gigantes y Cabezudos” con el baile de Laura La Caleta y cantada, principalmente, por Alicia Hervás con Daniel Báñez, Joan Laínez y Juanma Cifuentes, aunque todos los que habían aparecido a lo largo de la Gran Gala cantaron y el público, enamorado de la música de la zarzuela a estas alturas de gala, premiaron con un enorme, enorme y enorme aplauso el buen hacer de todos los que allí se habían dado cita.
El presidente de la AACC local, Victoriano González, tomo la palabra para dar las gracias, al igual que el presidente provincial, Marciano Sánchez, y la concejala de Asuntos Sociales, Mar Marqués.
No habían terminado de bajarse del escenario cuando comenzaron a sonar las notas del “Coro de la amistad” de la zarzuela “Los gavilanes”, con música de Jacinto Guerrero y libreto de José Ramos Martín. Era el momento del desahogo, todo había salido bien y era el momento de que los espectadores acompasaran con sus aplausos a la música del número final con sus palmas para terminar fundiéndose en un agradecido, prolongado y estruendoso aplauso.
¡Ah, recuerden, desde el sábado ha comenzado ya el inicio de la “VIII Gran Gala de la Zarzuela” y que juntos unidos podremos plantarle cara a esa terrible enfermedad que es el cáncer! ¡Gracias por asistir y acompañarnos!
¡Enhorabuena OFMAN, Agrupación Coral “Maestro Ibáñez”, Carmelo Navas y Francisco-Antonio Moya!