Punción dolorosa, problemas en la piel, atascos, inoculación imprecisa de insulina… Son algunos de los inconvenientes que presentan las nuevas agujas que utilizan los pacientes diabéticos de la Gerencia de Atención Integrada (GAI) de Manzanares para su uso diario. Así lo afirma la Asociación de Diabéticos de Valdepeñas (ADIVAL), que reclama agujas de más calidad y acusa de falta de interés a la gerencia para atender una reclamación que consideran “urgente”.
A través de un escrito al que ha tenido acceso Radio Horizonte-La Solana, ADIVAL denuncia la “mala calidad de las agujas suministradas” y exige su reemplazo. Explica que las agujas están mal biseladas y tienen una mala lubricación, “lo que aumenta el trauma del pinchazo y con el tiempo acelera la aparición de problemas en la piel que dificultan la absorción de la insulina, las llamadas lipodistrofias”.
Enfatiza la importancia de rotar las punciones para evitar la lipodistrofia y que las agujas no se reutilicen, ya que que aumenta el traumatismo natural del pinchazo. “Si la aguja en el primer pinchazo ya produce todo esto, el control se dificulta y la calidad de vida de la persona con diabetes disminuye”.
Según la asociación, a todo esto se unen recurrentes atascos de las agujas, lo que provoca la entrada de una cantidad inadecuada de insulina. Se trata de una cuestión grave. “Cuando el control de las cifras de glucemia se altera pueden generarse situaciones que a largo plazo producen un aumento de las complicaciones, las más comunes son retinopatía, nefropatía y neuropatía”, subraya el texto.
Puestos al habla con el presidente de ADIVAL, Alfonso Muñoz, explica que la gerencia ya tiene toda la información y que han pedido la retirada de esas agujas, sin éxito. De hecho, en estos días han enviado una carta a la Directora General del Sescam, Regina Leal, en nombre de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de Castilla-La Mancha, donde solicitan una reunión. En esa misiva alertan de las múltiples quejas de asociados, donde critican los problemas derivados del uso de las agujas para plumas de insulina suministradas desde las distintas gerencias. Y recuerdan que muchos de los pacientes son niños.
Alfonso Muñoz, enfermero de larga trayectoria en el Centro de Salud de La Solana y también diabético, lamenta la reacción de la autoridad sanitaria. “Nos dicen que el material cumple la normativa y que se compró durante la pandemia para garantizar el suministro, pero la realidad es que es de mala calidad”. Deja claro que han intentado resolver el problema por el conducto reglamentario, pero que ante la falta de una respuesta satisfactoria tienen que darlo a conocer a la opinión pública. Esgrime una razón simple: “Afecta a nuestra salud”.