El otro día, debatiendo sobre las estrategias de los partidos políticos, una persona a la que respeto sus opiniones por el grado de honestidad intelectual que muestra siempre, y por sus conocimientos en el ámbito del mundo comercial, me decía: Si por ejemplo yo tuviera una zapatería, y un día me montan otra en la acera de enfrente, puede ocurrir que venda más zapatos que yo. No puedo achacar mi mala situación, a un error, que es solo mío, engañándome a mí mismo, achacándoselo a la gente que es tonta, y no se da cuenta. No nos engañemos; no es culpa de la gente. La gente sabe comprar zapatos, y sabe votar a los partidos políticos.
Habría que analizar muy seriamente, -me decía-, si es que sus zapatos son mejores; si es que el binomio calidad precio lo han calculado mejor que yo; o sencillamente que han sabido comunicar mejor sus excelencias. El símil es aplicable a la política, y por eso salió a relucir la venta de zapatos. Mis políticas tienen que ser mejores que las del adversario, y hay que convencer de que son mejores. No basta con la primera. Quizá las mías sean mejores, pero “si no las sé vender”.
Podíamos poner multitud de ejemplos en cuanto a las políticas aplicadas durante estos años del gobierno de coalición: La lucha contra la pandemia, las medidas aplicadas para aminorar las desigualdades, el peso internacional que ha adquirido España, las consecuencias de la guerra de Ucrania, y muchas más. Ha sido un periodo de enormes dificultades, y a todas se les ha hecho frente. Considero que de la mejor forma que se podía. Pero: ¿La sociedad lo ha captado así? Creo que no. Un ejemplo; el más reciente:
Plan energético. España ha llevado la voz cantante; España ha puesto las iniciativas, que después, todos las quieren implantar. El planteamiento está resultando en la inmediatez, muy eficaz, pero sobre todo está sentando las bases para un futuro que se antoja muy cambiante. Se ha puesto el punto de mira en los problemas de España, pero sobre todo, y ahí está su mayor virtud, en la unión y solidaridad de los pueblos de Europa. -Como un día lo hiciera Felipe González-. El PP haciendo lo que sabe: sembrar la idea de que todo es un fracaso, de que con Sánchez vamos a la ruina. ¿Cuál de las dos ideas está calando más? ¿Quién sabe vender mejor sus zapatos?