viernes. 22.11.2024

Política fiscal

Artículo escrito por Julio García-Casarrubios Sainz

“Las pelas son las pelas”. Es un dicho proveniente de aquellos que no les interesa que la política sea el centro del debate. El problema está en que el mensaje de los que no les interesa la política suena mucho más por el pragmatismo que conlleva a las pelas. “Que se dejen de políticas, el dinero es lo que interesa, es lo que mueve el mundo” Y no es cierto. Es una falsedad que saben insuflar hábilmente los que no quieren que se establezcan normas de distribuir la riqueza y las cargas, de manera justa, porque con ellas no se benefician sus bolsillos.

No. No nos engañen. No se trata de bajar o subir los impuestos. Se trata de fijar la cantidad de ingresos que hacen falta para establecer unos servicios básicos universales; y una vez fijada esa cantidad, establecer la normativa que la financie de forma justa y progresiva. En una comunidad de vecinos no se habla primero de subir o bajar la cuota mensual. Se calcula primero lo necesario para un mantenimiento eficiente; que todos los vecinos tengan sus necesidades básicas cubiertas; y después se fijan las cuotas con arreglo al coeficiente de participación según cada propiedad. El que tiene un piso más grande, paga más. ¿Está mal? ¿Son comunistas?

“Los buenos no comunistas” eliminan los impuestos al 0,2 % de la población, se recauda menos, y perjudican al otro 99,8 %. ¡Muy listos! Pero vayamos a la política fiscal. La política que va a regular gastos e ingresos. Los impuestos tienen dos finalidades: Garantizar, con carácter universal, todos los servicios básicos propios de una sociedad avanzada; y por otra redistribuir la financiación que evite desigualdades injustas. Servicios básicos para todos y costearlos de forma equitativa.

Los países de nuestro entorno que así lo han entendido son en la actualidad los más avanzados en bienestar social. No tienen más renta, los que menos impuestos pagan, como dicen los listos. Es falso. Ruego que alguien se moleste en hacer una lista de países, atendiendo a la renta per cápita, y al estado del bienestar; y luego las comparen con la presión fiscal y la forma de pago. Es muy sencillo; se le pregunta a D. Google. Y para terminar unas preguntas: ¿No va a haber nadie que desmonte las falacias de estos listos? ¿Cuándo va a llegar una reforma fiscal en profundidad? ¿Qué prefiere Vd: un Estado que garantice los servicios básicos a todos, o un Estado en el que cada uno se pague los suyos? ¿Esta política fiscal es comunista?

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