En medio del boom consumista de la Navidad golpeado por la pandemia y del problema del “allegado”, el Congreso nos han metido una bomba: “Ya podemos matar tranquilamente a los que sufren…Nos hemos convertido en el tercer país más modernista y progresista de Europa con la aprobación de la ley de la eutanasia”.
Como dicen por ahí, “no hay Dios que nos entienda a los españoles”. Somos de los más contradictorios y de los que más fácilmente nos dejamos manipular por los políticos de turno. Por una parte somos el país con más voluntarios que trabajan por la vida, la solidaridad y por aliviar el dolor, sufrimiento y muerte a los más pobres aquí en España y en los lugares más lejanos del planeta. Pero por otra parte nos venden la película que hay que quitar dolor, sufrimiento, hay que descartar a los enfermos y ancianos porque cuestan un dineral al Estado, y nos la creemos.
Y así ha pasado que mientras la población española en estos días está muy preocupada por ese coronavirus que no da tregua y ya ha infectado al 10 por ciento de la población y matado a más de 45.000 españoles, ciertos políticos en nombre de los españoles aplauden con bombo y platillo porque
han conseguido la ley de la eutanasia, una ley para matar y descartar a la persona sufriente.
Señores diputados y senadores: ¡No mientan y no maten!
La verdad que no puedo creer que mientras en Europa se está luchando para que todos podamos vacunarnos contra el COVID 19 y salgamos del dolor y sufrimiento y crisis económica que está creando, esos señores del Congreso y Senado voten una ley para la muerte: la Eutanasia.
Señores, diputados y senadores, por favor piensen un poco y paralicen esa ley. Abran sus mentes a la vida. Recuerden que ya las tradiciones bíblicas milenarias y de muchas civilizaciones de Oriente y Occidente como las del Imperio Inca del Perú coinciden en una ley natural humana: “¡No mentiras y no matarás!”. Algo que a ustedes, representantes del pueblo español se les olvida con frecuencia en su carrera electoral por ganar votos. Por mucho que ustedes voten contra la vida, la inmensidad de los españoles optan por la vida y por una adecuada ley de paliativos.
Por otra parte quiero detenerme en el análisis de ese otro mandamiento ético: “¡No matarás!”. Ciertamente vivimos en la sociedad democrática de las mayorías donde los políticos hacen alianzas para ganar adeptos a cualquier precio. En este sistema político democrático fácilmente se tiran por tierra valores humanos, la misma ética, la moral y las creencias del pueblo. Así están actuando nuestros representantes ante el Congreso y Senado de modo traicionero aprobando una ley de la “eutanasia” para morir, cuando la mayoría de la población pide vacunas del COVID para vivir.
No es hora de leyes de muerte como la eutanasia sino de leyes de vida que nos protejan contra el coronavirus y den trabajo para todos. Creo que es una vergüenza que el Estado aplauda y apruebe la Eutanasia. La verdad que reconozco que es muy complejo el tema del dolor, sufrimiento y muerte provocada vista desde distintas perspectivas. Respeto a aquellas personas que no creen en el Dios de la vida. Pero veo una gran incoherencia en esos diputados y senadores católicos que llevan a sus hijos a colegios católicos en los que libremente han optado por formarles en valores humanos y cristianos. Y sin embargo ante las órdenes de sus partidos nada les importa la coherencia humana con su fe.
Quiero recordar que un cristiano comprometido que vive su fe en Cristo, asume el valor de la vida por encima del dolor, el sufrimiento y la misma vida cuya muerte es un paso natural. Y sigo preguntándome: ¿Quién quiere la eutanasia?. La mayor parte de los médicos piensan que la principal preocupación de la mayoría de los enfermos terminales, por encima incluso de sufrir dolor, es ser una carga para su familia. Estos pacientes pueden ser fácilmente seducidos para solicitar la eutanasia y recibirla en el plazo de apenas un mes, una vez aprobado el proyecto en el Congreso. Tengamos en
cuenta la voz de la mayoría de los médicos que dicen que no han elegido la profesión de la medicina para matar sino para ayudar a dar vida.
Abramos bien nuestros ojos y no nos dejemos arrastrar por los intereses efectivitas y económicos de ciertas políticas que buscan eliminar el sufrimiento humano lanzándonos a la misma muerte. Personalmente como cristiano lo tengo muy claro: ¡No mentiras y no matarás!, dos mandamientos que brotan del verdadero amor a Dios y al prójimo.
Comunicado de los obispos españoles sobre la ley de la eutanasia
Les dejo con un extracto del comunicado de los Obispos españoles que nos invitan a trabajar por leyes que defiendan la vida y nos alejemos de leyes que nos llevan a la muerte como la eutanasia.
Con el Papa Francisco decimos: “La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza”.
Invitamos a responder a esta llamada con la oración el cuidado y el testimonio público que favorezcan un compromiso personal e institucional a favor de la vida, los cuidados y una genuina buena muerte en compañía y esperanza.
Pedimos a los que tienen responsabilidad en la toma de estas grandes decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia.