David Ramos, entrenador de la primera plantilla del Viña Albali Valdepeñas, ha dado hoy su última rueda de prensa en el pabellón Virgen de la Cabeza. En 20 minutos de comparecencia final, con momentos de fuerte carga emotiva, el técnico madrileño ha repasado los momentos álgidos de esta larga etapa (deportivamente hablando) en Valdepeñas: desde esa vertiginosa evolución de la segunda temporada (2019-2020), en que llevó al equipo a disputar las finales de Copa y de Liga, hasta las dos últimas temporadas (la anterior y la actual) en que tan difícil ha sido estar cerca de aquel nivel.
No haber podido ganar algún título nacional, habiendo sido finalistas en los tres (Liga, Copa de España y Copa del Rey) es la "espina" que el ya ex entrenador se lleva clavada.
El capitulo de recuerdos y agradecimientos ha sido largo: directiva, cuerpo técnico, personal del club y del pabellón, responsables municipales, patrocinadores, jugadores del filial y, finalmente -y a preguntas de los medios-, los jugadores que se han dirigido a él, de temporadas anteriores, tras hacerse pública su destitución. Ninguna mención expresa a la plantilla actual.
Agradecimiento especial para la afición; el "principal activo del club". Y recomendación de "honestidad y entrega", tanto al entrenador interino, Víctor Beas, como al que finalmente le sustituya en el banquillo "azulón".
De sus planes inmediatos, Ramos no ha desvelado ninguno. "Coger aire" y dedicar tiempo a los suyos es ahora su prioridad.
David Ramos se va consciente de haber vivido seis años "apasionantes", con dos últimas temporadas de "montaña rusa": "nos han crecido los enanos".