El culturista daimieleño Francisco López-Astilleros se proclamó campeón de España en la categoría de hasta 75 kilos en la Copa Nacional 2021 que se disputó el último fin de semana de junio en Marbella. Un triunfo con el que alcanza el objetivo que tenía “entre ceja y ceja” desde que dio el salto al mundo competitivo. Lo conseguido en el europeo el pasado mayo, donde fue medalla de plata en esta misma categoría, no era el objetivo, señala. Fue la consecuencia de una preparación exhaustiva que tenía como meta la cita de Málaga.
López-Astilleros reconoce que ganar el nacional ha sido una liberación ya que ha notado cierta presión después de su plata europea. “La gente, con toda su buena intención, me decía que lo del campeonato de España estaba hecho después del europeo, pero realmente el nivel medio del nacional ha sido superior al europeo”, comenta en Radio Daimiel.
Para alcanzar este nivel reconoce que los dos años que han trascurrido desde el subcampeonato nacional hasta ahora han sido fundamentales. Un periodo que, con el parón competitivo de la pandemia por medio, cree que ha jugado a su favor. “Es un deporte donde cada año suma, se va ganando madurez en el músculo”, comenta.
Precisamente, esa experiencia acumulada, unos entrenamientos más específicos y una puesta a punto más intensiva son las razones que sustentan el oro que tanto perseguía.
“Hemos trabajado de forma específica grupos musculares en la zona interna de la espalda o en las piernas”, y, sobre todo, ha mejorado de forma global “la condición” de su cuerpo. Es decir, ha apostado “por la definición del músculo y la pérdida de grasa” que hacen más visible los perfiles de un cuerpo tallado al milímetro. “Este ha sido el salto de calidad, es el que nos ha llevado a ganar”.
Normalmente, los jurados tienen en cuenta esa condición y el tamaño del músculo. Unos jueces valoran más una cosa, otros se decantan por la otra, pero en la Copa Nacional, apuntaba, “se suele premiar más la condición”. Y como ejemplo ponía lo sucedido con el subcampeón de su categoría, compañero de la selección nacional en el europeo. “Allí él compitió en hasta 80 kilos. Ahora para el nacional, bajó”, y a pesar de tener un mayor volumen muscular, “el jurado premió mi condición más extrema”, explica.
Concluida la primera parte de la temporada, el culturista daimieleño no se plantea competir en la segunda donde, en los meses de otoño y de invierno, se celebrará el mundial. De hecho, su prioridad ahora es “descansar y desconectar”. Lo necesita mentalmente y, además, explica, porque el cuerpo se lleva “a una exigencia excesiva”.
A pesar de esas ganas de “olvidarse de todo esto por unos meses y pensar en otras cosas”, Fran López-Astilleros confirmaba que no lo abandonará por completo, y animaba a quienes se están interesando en Daimiel por el culturismo después de sus éxitos, a que lo prueben, pero sin fijarse en el mundo de la competición. “Es muy sacrificado”, aunque en su caso la recompensa ha merecido la pena.