El equipo de arqueólogos, paleontólogos y geólogos, que descubrió el tejón prehistórico, acaba hoy sus trabajos actuales en el yacimiento geológico de la Cueva de los Toriles de Carrizosa, datada en el Pleistoceno Inferior-Medio. En un primer balance, han encontrado nuevos restos arqueológicos.
“Entre lo hallado figuran evidencias de un telar árabe, así como de cronologías recientes, bastantes huesos de animales, que tenemos que analizar, y algo de hueso humano, que está muy bien, aunque no sabemos aún la cronología hasta que no le hagamos la prueba del Carbono 14, afirmaba ayer el paleoantropólogo campomontieleño Daniel García Martínez, quien aseguraba también que se marchan “en general muy contentos” de estos hallazgos, “pues hoy justo martes 6 de julio nos ha salido una pieza de silex, que no sabemos aún su cronología, pero nos podría indicar que procede de un Paleolítico Superior”.
Desde el 24 de junio a hoy 7 de julio, esta decena de expertos en Paleontología, Geología y Arqueología de Castilla-La Mancha, Madrid y Castilla-León han estado trabajando en Carrizosa, localidad a caballo de las comarcas del Alto Guadiana Mancha y el Campo de Montiel, para continuar con lo que se dejó pendiente en 2019, aunque en el 2020 hicieran un pequeño sondeo geológico, porque no se pudo hacer más debido a la pandemia.
Como explicaba el paleoantropólogo campomontieleño Daniel García Martínez “hemos estado trabajando para conectar los dos momentos de la ocupación: por un lado en el periodo más antiguo de unos de 300.000 años en el que predominaban las lagunas, y donde podríamos tener un paisaje similar al de las actuales Lagunas de Ruidera (muy próximas a Los Toriles). En este momento del pasado, no habría una cueva como tal en los Toriles sino ambientes muy húmedos, periodo del que descubrimos herramientas líticas, del Paleolítico Medio, como hachas de piedra principalmente”.
Y por otro lado, “hemos avanzado en el momento más reciente, cuando las lagunas se retiran, se secan, y se forman y aparecen las cuevas. Estamos hablando de hace 170.000 a 200.000 años, cuando esta Cueva de los Toriles era mucho más grande”. En ello han estado trabajando los dos grupos, uno que ha estudiado el interior de la cueva, buscando evidencias y restos humanos, y otro fuera de la cueva, para avanzar en este periodo más actual, hemos hecho una cata a 10 metros de la cueva”, añade Daniel García Martínez.
Evidencia de que esta Cueva ha estado habitada desde la prehistoria a la edad moderna
Durante estos casi 15 días, han sacado sedimento, cerniendo el mismo, para ganar acceso a la cueva, lo que ha ocupado gran parte de los trabajos. “Y buscábamos también avanzar en los descubrimientos de restos de un pequeño félido, que no sabemos si es un lince, pues estos félidos vivieron en el Alto Guadiana; de un hacha de piedra y de cerámica de la edad de hierro y de la edad del bronce, lo que indica que tenemos restos de distintos periodos en esta cueva, que ha estado habitada en diferentes periodos, desde la prehistoria a la edad moderna: paleolítico, romano, hierro, bronce…”, comentaba García Martínez hace días a los medios de comunicación que se interesaron por los trabajos.
La Cueva de los Toriles “se encuentra en un sitio privilegiado desde el que el homínido, si lo halláramos, podía tener acceso al río Cañamares, donde los animales y los diferentes habitantes de la cueva iban a beber”, les decía García.
Para el equipo de investigadores, “de encontrar neardentales en este yacimiento sería un paso importante en la mitad sur. Porque hay pocos yacimientos neardentales en la mitad sur, sí aquí los encontramos sería un gran hallazgo. El tejón nos dice que hay fauna del Pleistoceno, fauna grande. Nos indica que puede haber fauna de gran tamaño, y cabría la posibilidad de que los humanos lo hayan traído y cazado. Estamos bastante esperanzados de encontrar más fauna y potenciales evidencias de homínidos y neardentales de la región, lo que pondría a Carrizosa en el mapa de la arqueología y palentología de la Meseta Sur”, añadía Daniel García.
Colaboración estrecha con el Ayuntamiento
Para estos trabajos cuentan con la colaboración del Ayuntamiento de Carrizosa en su hospedaje e intendencia. “El equipo de gobierno municipal llevamos varios años ilusionados con este tema, que algún medio de comunicación ya ha llamado el Atapuerca de la Mancha, y colaboramos con el equipo que realiza los trabajos, los cuales también están trabajando en Atapuerca, por cierto”, comenta el alcalde Pedro Antonio Palomo, quien visitó los trabajos con la concejala de Cultura, Angela del Campo.
Y añade el alcalde como “lo que aquí descubran será importante de cara al futuro para el patrimonio arqueológico y geológico no sólo de Carrizosa sino de las comarcas de Alto Guadiana Mancha y Campo de Montiel, y su cercanía de las Lagunas de Ruidera”. Esta cueva era conocida por la mayoría de los carrizoseños, “por encontrarse en una zona de esparcimiento y paraje natural, al que veníamos de pequeños a jugar y luego con nuestras familias, celebrar San Marcos etc, en un terreno privado por el que pasa una vía pecuaria del ayuntamiento”
Igualmente, Daniel García Martínez y el arqueólogo Pedro Moya Maleno dieron una charla informativa el pasado 3 de julio, en el Teatro Auditorio de Carrizosa, ´sobre “Paleontología y Arqueología en el Campo de Montiel: una mirada a los primeros pobladores de Carrizosa y su entorno”, a la que acudieron decenas de personas interesadas por el yacimiento.
Otros patrocinadores
El equipo de investigación, liderado por Daniel García Martínez y Pedro R. Moya Maleno, cuenta con el apoyo de diferentes instituciones científicas de ámbito local y nacional, como el Centro de Estudios del Campo de Montiel o el Laboratorio de Poblaciones del Pasado (UAM, Madrid). Adicionalmente, comienzan a sumarse al proyecto otras empresas de la comarca como las Bodegas J.A. Megía e Hijos.
El CENIEH en el yacimiento manchego
Recordar que este equipo de investigadores encabezado por Daniel Garcia Martínez, paleoantropólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), publicó en mayo del 2020 en la revista Journal of Iberian Geology un artículo sobre unos restos de tejón primitivo que han permitido datar en el Pleistoceno Inferior-Medio la Cueva de los Toriles, un yacimiento que potencialmente podría ser un enclave singular con restos fósiles de la meseta sur de la península ibérica, en estas cronologías.