Del 30 de abril al 8 de mayo se han venido celebrando los cultos y actos en honor a Jesús Rescatado, desde el Ofrecimiento al novenario y, por último, la procesión de acción de gracias con la que se han cerrado. Entre las novedades destacó la túnica blanca de Jesús y el concierto de la banda de su nombre a beneficio de Cáritas de Ucrania, más el incremento de lo recogido en la subasta del día 1 de mayo.
El novenario ha vuelto a contar con la predicación de los frailes trinitarios, que siguen vinculados al templo del que fue su convento y ahora es parroquia que lleva el nombre del reformador de su orden, San Juan Bautista de la Concepción. Dos trinitarios del convento de Valdepeñas, los padres Antonio Torres y Vicente Elipe, junto a los párrocos in sólidum Jesús Navarro y Francisco Javier García de León, fueron los encargados de la predicación durante los días del novenario, en los que participaron los coros de la parroquia en la parte musical y de los diferentes grupos de la parroquia.
En la noche del domingo concluyeron los actos con la procesión que salió de la parroquia de San Juan Bautista de la Concepción que abría la banda de cornetas y tambores de la Hermandad, que a lo largo del itinerario interpretó diferentes marchas. Los representantes de cofradías y hermandades de la localidad acompañaron el desfile procesional, así como la persona que pujó el bastón, los directivos de la cofradía encabezados por el presidente saliente Antonio Mateos Aparicio, y los directivos que fueron elegidos en la última Junta General.
La imagen de Jesús Rescatado desfiló en la carroza, bellamente ornamentada con numerosas rosas de color blanco, a juego con la túnica de la imagen en este periodo de la Pascua de Resurrección. Detrás de la carroza marchaban los párrocos de San Juan Bautista de la Concepción acompañados por los trinitarios que han predicado el novenario. El alcalde, Eulalio Díaz Cano, iba acompañado por concejales de los grupos socialista, ciudadanos y popular.
Numerosas personas contemplaron el desfile procesional, sobre todo a su paso por la plaza Mayor, concluyendo en el templo del que había salido, cuando en el cielo de la localidad se escuchaban los estampidos de los cohetes y la banda interpretaba el Himno Nacional cuando la imagen hacía su entrada al convento trinitario.
