sábado. 23.11.2024
Alfredo Carvajal en su farmacia
Alfredo Carvajal en su farmacia Foto: Gaceta de La Solana

El sector farmacéutico también está viviendo en primera línea las consecuencias de la crisis sanitaria, que se inició en marzo de 2020. Alfredo Carvajal es uno de estos profesionales en La Solana, quien asegura que esta tercera ola llegó de forma ciertamente inesperada y muy acusada. Aunque en general ya se aprendió de la primera y segunda ola, lo que se intenta es siempre dar el mejor servicio y resolver los problemas de la ciudadanía.

En cuanto a la vacunación en las farmacias por parte de estos profesionales, una de las posibilidades para dinamizar el proceso, Carvajal indica que “lo principal es decidir qué necesita la ciudadanía”, y a partir de ahí tomar las medidas. “Si desde Sanidad consideran adecuado que las farmacias vacunen y hagan pruebas, sería algo positivo, pero siempre que se cumplan los requisitos y se adapten a los protocolos”. “Lo importante es dar respuesta lo más eficaz y rápidamente posible a este problema”.

Está claro que cada sector tiene sus competencias, pero lo importante es resolver la situación, enfatiza. Por ello, es importante decidir en función de que necesita la sociedad, no de sí se tienen o no competencias. Cree que en caso de que un colectivo como los farmacéuticos pueda cumplir las expectativas, sería conveniente que también vacunaran. “Lo importante es ayudarnos entre todos y salir de la crisis sanitaria de la mejor forma posible”, añade, pues hay muchos profesionales que pueden cumplir el protocolo establecido. “Hay que reconocer que en Castilla-La Mancha la sanidad pública está respondiendo, y aunque la campaña de vacunas se inició algo lenta, el problema no es quién las está poniendo, sino la falta de previsión en jeringas o en la propia vacuna”, asegura.

Actualmente, las farmacias solaneras están llevando a cabo el trabajo que la autoridad competente ha asignado, tanto en la venta de test de diagnóstico como en otros productos relacionados con la pandemia.

Las mascarillas: buen uso, no abuso

Las mascarillas, su uso, seguridad y homologación, han abarcado alto protagonismo a lo largo de la pandemia. “Es algo que nos pilló de repente y se ha ido aprendiendo sobre la marcha”, asegura Carvajal. Como herramienta de protección y prevención para evitar la reducción de la transmisión de la enfermedad, es parte fundamental. Las recomendaciones de la autoridad sanitaria son las correctas, es un elemento que funciona bien, y en según las circunstancias y nuevos estudios o datos que vayan surgiendo, se irán adaptando a cada modelo.

Cada tipo de mascarilla hace su labor y las especificaciones de cada una de ellas no han cambiado, bien sean quirúrgicas, higiénicas, de tela, reutilizables, ffp2 o ffp3. Lo que ha evolucionado, según Carvajal, “es la perspectiva de la gente para evaluar el riesgo y cómo atajarlo”. En función de ello, han ido cambiando los criterios. Las mascarillas de tela, por ejemplo, según el tipo de tela que se confeccione, si se pone filtro o no, tendrán ciertas características. “Hay que ser estricto con lo que diga el fabricante, tales como tipo de lavado o desinfección”. Por lo tanto, la clave es el buen uso y no el abuso, siempre de acuerdo con el tipo de mascarilla.

Como profesional, Alfredo Carvajal insiste en que él se limita a recomendar y se remite a lo indicado por las autoridades sanitarias. En este sentido, el uso correcto de la mascarilla, la distancia de seguridad, el lavado de manos y la ventilación de estancias son las mejores armas de prevención.

Alfredo Carvajal: ‘Sería positivo vacunar en las farmacias’