domingo. 24.11.2024

Dualidad emocional

Texto de: Rafael Toledo Díaz

Hace unos días volví a encontrarme la caja donde guardo los recortes de los artículos que escribí durante mucho tiempo para un semanario de Valdepeñas. Al principio guardaba los ejemplares completos, pero razones de espacio me llevaron a reducir el volumen para poder reunir todos mis escritos, que son bastantes.

Ahora que tengo localizada esa caja metálica con regusto a membrillo, recuerdo el esfuerzo que supuso mantener aquellas colaboraciones en la sección de opinión del desaparecido Canfali y después Jaraíz, escritos que empezaron siendo ocasionales y que después se convirtieron en habituales y obligados por mi compromiso con los posibles lectores. 

Almaceno estos recortes con mimo, anhelando que algún día los descubra mi nieta y se anime a leerlos, supongo que así conocería un poco más de mi, de mi tierra y de mi origen; esa es una ilusión que me anima cuando me enfrento al teclado. 

Durante muchas semanas compartí la sección de opinión junto a plumas como las de Pascual Antonio Beño o Antonio Martín Sánchez-Carrasco, con el que tuve algún rifirrafe dialéctico a través de varios artículos. Reconozco que, al principio, aquella contienda sobre nuestras enfrentadas opiniones me causó desasosiego, y además sabía que no conducían a nada. Ahora sin embargo, las recuerdo con simpatía porque significaron un ejemplo de la libertad de expresión que se ejercía en aquellas páginas. Escribir en aquel periódico supuso, entre otras muchas cosas, el poder reconciliarme con la ciudad donde nací y viví mis primeros años de la infancia y la juventud.

Ha pasado el tiempo y, a pesar de la añoranza, reconozco que no podemos ir en contra del futuro y del desarrollo de la tecnología. Poco a poco fueron desapareciendo las ediciones en papel, y ya sólo los grandes diarios imprimen un pequeño número de ejemplares en ese formato, nada que ver con las grandes tiradas de los cientos de miles de antaño. Ahora, y a través de las pantallas del móvil, de la tablet o del ordenador tenemos acceso a la información porque se han impuesto los boletines digitales. 

Por wasap me anuncian la  publicación de un nuevo periódico en internet. Desde la agilidad del mensaje me invitan a participar y a celebrar este inicio por el espacio virtual. Ya les digo que las redes están sobre-valoradas, que no se lee tanto como podíamos pensar y que, a veces, importa más la imagen que sirve para llamar la atención del titular que el contenido del mismo.

Sin embargo celebro este proyecto que, seguro, estará repleto de ilusión. A la vez tengo una dualidad emocional, porque aunque la sensación pertenezca al pasado, añoro el tacto de la hoja de papel y su plácida lectura, pero a la vez, también me atrapa el brillo de la pantalla invitándome con su inmediatez a examinar noticias y relatos.

Un saludo para los potenciales lectores de este nuevo medio de comunicación y, desde la distancia, mis mejores deseos para “valdepenasdigital.com”    

Dualidad emocional