El Partido Popular en España siempre ha considerado al Tribunal Constitucional como una Cámara política para buscar la razón que le han negado el Congreso y el Senado. Y eso, a la larga nos ha colocado en una situación difícil de digerir. El Tribunal Constitucional tiene la misión de vigilar que “el Poder Ejecutivo” no actúe en contra de los principios y fundamentos que sostienen nuestra democracia. Pero eso no significa que tiene que intervenir para aprobar o suspender “medidas políticas” que le corresponden a la política, y al Poder Legislativo.
Decir, como algunos están diciendo, que si la amnistía cabe o no en la Constitución, es una chiquillada ingenua o malintencionada. En España hay quien está entendiendo de dónde viene y a dónde se dirige el conflicto catalán, y para ello propone “medidas políticas y legislativas” en busca de soluciones. Y hay otros que lejos de buscar soluciones, utilizan el problema para arremeter contra el adversario para derrotarlo, y para ello recurren al Tribunal Constitucional.
Se han aprobado leyes del aborto, se ha aprobado una ley para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, y el Tribunal Constitucional no dice nada al respecto. Lo que hace es estudiar si atenta contra los principios y fundamentos de nuestra democracia. Aplicar medidas de gracia son decisiones políticas encaminadas a buscar salidas a un conflicto que no puede írsenos de las manos. Por ello el político responsable busca salidas, propone normativas y el Poder Legislativo las aprueba o no. Es irresponsable utilizar el Constitucional para derribar algo que no gusta.
Yo le pregunto al Partido Popular: ¿Qué ha propuesto hasta ahora para solucionar el conflicto catalán? Nada. Lo ha utilizado en su beneficio electoral. Con la estrategia de “a por ellos” aumentó peligrosamente el sentimiento independentista. El Gobierno de coalición actual si las está proponiendo. Discútanse y pongan en el tapete otras mejores. Se rompe España cuando aumenta el independentismo, y se defiende la Unidad de España consiguiendo que los catalanes no quieran irse de España, se sientan a gusto, se sientan integrados. Rechazando la plurinacionalidad es como se rompe España. ¿No lo entienden, o no lo quieren entender?
Julio García-Casarrubios Sainz