¿Estamos mintiendo cuando al periodo de nuestra historia del 36 al 39 le llamamos “Guerra Civil”? No; no mentimos, pero no decimos toda la verdad. Que todavía tengamos que esforzarnos para llamar a lo ocurrido por su nombre, resulta un tanto penoso. No debería suceder. Y si sucede es porque, desde ciertos sectores, aún se mantiene la tendencia de tergiversar la historia con el fin de justificar lo injustificable.
Desde mi humilde opinión, la esencia de lo ocurrido no fue el estallido de una Guerra Civil provocada por dos sectores irreconciliables. Tuvo mucho de eso, sí; y para comprenderlo habría que echar la vista atrás; estudiar la situación social y económica insoportable que se venía produciendo en España, desde el siglo XIX. Pero no es toda la verdad. La razón primera y última es que un grupo de militares decidieron dar un “Golpe de Estado” contra un Gobierno legítimamente constituido. Aunque existía tal división, el conflicto tuvo su origen en un “Golpe de Estado” por parte de los enemigos de la República que querían impedir a toda costa un avance social.
El Gobierno de la República, -como el Gobierno de Suárez en la Transición-, fue un intento serio y decidido de acabar con la situación injusta en la que estaba sumida España. Es cierto que promovida por los partidos de izquierda, pero que acabó siendo obra de todos. De hecho su presidente Niceto Alcalá Zamora era de derechas. Y ese avance no lo podían concebir, -ni menos consentir-, un sector que se sentían “mucho españoles” Solución: derrocar al Gobierno por las armas. Golpe, mal hecho y con tan poco apoyo social, que duró tres años. Esa fue La Guerra Civil.
Así, acabó como acabó. Con una España sumida en el mismo atraso, y bajo una dictadura brutal y genocida. Si los sublevados no hubieran conseguido su propósito, el Gobierno legítimamente constituido, -con sus aciertos y sus errores-, hubiese continuado con el propósito de hacer avanzar a España. Una comparación: El Gobierno de Adolfo Suárez, sufrió un Golpe de Estado. Tuvimos la suerte de que fracasara, y España continuó con su proyecto de avanzar, sin asesinar a nadie. Con juicios justos, y hasta con indultos de perdón. ¿Hubiese ocurrido lo mismo si hubieran ganado los Tejero, Armada o Millán del Boch? En 2021, llamemos las cosas por su nombre.