El contraste de dos visiones, hoy, terminando el primer cuarto del siglo XXI, es lo que más me impresionó el pasado viernes día 25: el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias, y una conferencia en el CEU de Madrid, por Cayetana Álvarez de Toledo. Los dos acontecimientos son suficientes para pensar, y sacar conclusiones. Pero si los presencias juntos, uno detrás del otro, el contraste es escalofriante, es aleccionador. Seguro que las conclusiones serán diferentes, según de donde vengan, pero el contraste está ahí.
“El verdadero éxito radica ante todo en el humanismo”, dijo Marjane Satrapi, iraní, y Premio de Comunicación y Humanidades. Y añade: “El hombre sobrevive juntándose con otros y creando sociedades; y la condición sine qua non para lograrlo es la empatía”. Todos los premiados dieron muestras de haber dedicado su vida a mejorar la sociedad, de entregarse a los demás. Así lo reconoció el Rey al afirmar que “el rasgo que les une a todos es la persona, situada en el centro de toda acción”; advirtiendo del “peligro latente de la deshumanización, la polarización, y la negación del diferente”. ¡Qué gusto! Es el discurso constructivo que eleva el espíritu.
¡Oh! Casualidades del youtube. Busco el acto para recrearme de nuevo, ahora, en diferido; y mire Vd. por donde al ladito justo: Álvarez de Toledo en el CEU. ¿Por qué se me ocurriría pinchar y verlo? Me gusta, por curiosidad y por respeto, conocer la opinión de los que no piensan igual. Del levantamiento de ánimo, al desánimo profundo, al cabreo, a la tristeza. Es muy triste. “El estado de derecho y la democracia derrotan a ETA, y Zapatero lo rescata y los mete en las instituciones”. “Sánchez convierte en sus socios a los que trabajan por destruir España”. “El estado de derecho acaba con el procés, y empieza el proceso de un gobierno que nos lleva, de una democracia plena a una democracia fallida”.
Álvarez de Toledo advierte del peligro de aquellos que quieren acabar con los valores que nos hemos forjado durante siglos; cuidado con los que pretenden acabar con el espíritu de la Transición. Da miedo. Es el discurso de un populismo del que todos sabemos dónde acaba. Y para terminar: “Sánchez o la democracia” “O acabamos con Sánchez, o Sánchez acaba con la democracia”. Es la negación total del diferente, que tiene su origen en el Tea Party contra Obama.