Pedro Sánchez se planteó encerrarse cinco días para reflexionar, y al final anuncia que su decisión es seguir al frente del Gobierno. Es un hecho del suficiente alcance como para que se hubiere abierto un debate, y que cada uno se posicione con un mínimo de sensata libertad. Pero no. No ha sido así. Un “medio de comunicación” escribe: “URGENTE. Pedro Sánchez coge el Falcon para irse de vacaciones a Doñana (Huelva), tras ANUNCIAR que sigue en la Moncloa” Un bulo lanzado por un seudo medio de comunicación es grave; pero más aún lo es que líderes políticos se hagan eco de la falsa noticia.
Sobre el hecho de encerrarse cinco días, no puedo opinar porque no tengo datos suficientes. Sería imprudente opinar sin conocer sus verdaderas intenciones. ¿Eran necesarios esos cinco días? No lo sé. No puedo saberlo. Por el contrario, sí puedo manifestar mi opinión sobre la decisión de continuar. Y en ese sentido mi opinión es favorable. Me ha producido una sensación de tranquilidad, frente a lo que hubiese pasado, no lo sé, si hubiese tomado la decisión contraria.
Ese es el debate que echo de menos. Hemos entrado en la dinámica peligrosa de no debatir los aspectos de fondo, y poner el punto de mira en aquello que puede dañar al adversario. Por ejemplo: No he oído a nadie las consecuencias que hubiese tenido una dimisión, a nivel europeo. España, afortunadamente, tiene un peso en Europa importante; posiblemente porque el presidente del Gobierno de España es un gran europeísta; y todo eso se hubiera ido al traste.
Estoy contento porque la permanencia garantiza que España siga por la senda de avanzar en derechos sociales: pensiones, salarios, derechos laborales, igualdad de oportunidades, empleo, juventud, libertades. Estoy contento porque el optimismo en la economía siga adelante. En lo económico, aún estamos lejos de lo que es normal en Europa, pero el avance ha sido gigantesco. Hemos crecido a un mayor ritmo que los países de nuestro entorno. Romper ese ritmo ahora no hubiese sido lo más deseable. Por eso estoy contento. Y, por cierto: Hay que intentar, -políticos, medios, y ciudadanos-, reconducir el debate público hacia el interés general, y salirse del fango en el que algunos parecen sentirse cómodos.