Es la solución que utilizan siempre los que no tienen argumentos para defender sus posicionamientos. Cuando la realidad les supera, cuando los hechos ponen de manifiesto que no circulan por el camino correcto, cuando son incapaces de presentar una alternativa creíble, cuando carecen de un proyecto para la solución de las demandas de la sociedad, cuando sus intenciones no están en el interés general, entonces, recurren al miedo y al odio hacia los demás, hacia los que consideran enemigos porque no les permiten “hacer su santa voluntad” y porque se consideran los únicos legitimados para ejercer el poder.
Con errores y equivocaciones, con todos los defectos que Vds. quieran resaltar, pero el actual Gobierno de coalición ha demostrado que con diálogo y consenso se llega a encontrar soluciones económicas y sociales. Contesten, por favor: ¿Cuándo un gobierno de J. M. Aznar o M. Rajoy llevó en cuatro años más de 200 leyes al BOE con diálogo, consenso y paz social? Suficiente o no, pero este Gobierno ha trabajado todos los días por los más vulnerables, por los que más necesitan de ayuda pública.
La estrategia que ha diseñado la derecha para oponerse al Gobierno está basada en posiciones extremadamente peligrosas para la convivencia y la paz social. En lugar de presentar fórmulas destinadas a mejorar las propuestas del Gobierno -que las hay-, han optado por la confrontación y la deslegitimación del adversario. Cuando no tienen proyecto alternativo, o no quieren, o el que tienen no satisface sus intereses, se dedican a sembrar miedo, odio, y frustración: “Con este Gobierno vamos a la ruina del País”. Mal camino para transitar por un siglo XXI. No se han percatado todavía de que los siglos XIX y XX ya pasaron a la historia.
Cada vez que el Gobierno presenta una medida, acertada o no -admitamos que hay otras posibilidades-, la derecha, en lugar de presentar otra mejor, vota en contra y se lanza al degüello del presidente Sánchez y su Gobierno de coalición. Han llegado a intentar el desprestigio, fuera de España con tal de perjudicar al Gobierno. Pero cuidado: lanzar mensajes de miedo y odio hacia el adversario puede volverse contra quien los lanza. Conseguirán que los mismos adversarios lleguen a sentir miedo y odio hacia ellos. Lo contrario a la convivencia y a la paz social. Un desastre. Han convertido el conservadurismo, en la vuelta a lo peor del pasado.
Julio García-Casarrubios Sainz