Que el Gobierno de Pedro Sánchez ha cambiado la posición de España respecto al Sáhara Occidental, es un hecho indiscutible. Punto. Pero antes de llamar al presidente “un autócrata en Moncloa” (José Manuel García Margallo), deberíamos plantear un debate serio sobre dos cuestiones que delimitan el problema del Sáhara, en lugar de lanzarnos al degüello. Cuando no lo hace, es que no hace nada, y cuando lo hace, es que lo hace mal. Esa es la oposición leal y constructiva de la derecha cuando gobierna la izquierda.
Un ejemplo muy reciente. El Gobierno logra aprobar en el Congreso la “Ley de la Cadena Alimentaria”. Una ley que trata de evitar el desajuste en la cadena de precios desde que un producto sale del campo, hasta que llega al consumidor, perjudicando gravemente a los agricultores. El PP, Vox y Ciudadanos votan en contra. Tienen todo su derecho. Pero hombre, que al día siguiente salgan tras la pancarta de los agricultores reclamando al Gobierno una solución a sus problemas, -y que tienen razón-, no parece muy coherente.
Pero volvamos al Sáhara. Mi parecer es que el derecho a decidir su futuro es lo más razonable, -en el caso concreto del Sáhara-. Hablamos de dos cuestiones. La primera es que el conflicto dura 47 años, y sigue sin resolverse. No parece descabellado probar otras opciones, a ver si se soluciona. Y que el Presidente del Gobierno de España lo intente, no corresponde en nada a todo lo que se le está diciendo. Con poca credibilidad, porque sabemos que haga lo que haga lo van a poner a parir.
Y la otra cuestión es que por razones de vecindad y convivencia, por razones de seguridad, por razones de territorialidad y de fronteras, por razones de los flujos migratorios, a España le conviene mantener buenas relaciones con Marruecos. Sí. A pesar de no ser un ejemplo de democracia, nos conviene. No parece pues del todo rechazable que haya intentos en esa línea. ¿Se le puede criticar? Sí. Que la estrategia no haya sido la más adecuada; seguro. Pero hombre; la que se le ha montado, no es muestra de lealtad y coherencia. Pero es igual. Así ha sido, así es, y así seguirá siendo, mientras estén en la oposición los de la foto de Colón.