En repetidas ocasiones sondeos de opinión coinciden en señalar a la política y a los políticos como un problema. Todo lo contrario de lo que debería ser. La política y los políticos están para resolver problemas y no para crearlos. El buen político es el que trabaja para la sociedad que lo ha votado. Sea de derechas o de izquierdas; conservador o progresista; esté acertado o equivocado. El mal político es el que vive de ello, el que crea los problemas, el que se los inventa para después presentarse como solución; ¡y se proclama como el único con solvencia para resolverlo!
Pedro Sánchez y Pablo Casado han hecho, estos días balance del año que acaba. A mí me ha dado la impresión de que el balance lo hacen en función de su trayectoria y de su proyección. Bueno, se lo pasamos. Lo importante, lo que nos interesa, es el fondo y la forma del discurso. Y ahí es donde yo quiero detenerme haciendo mi propio balance. En cuanto al fondo juzguemos quien ha sido más fiel a su ideología, a sus principios. El uno, ¿ha sido fiel a la socialdemocracia? Y el otro ¿se ha presentado como el líder de un partido liberal, conservador y democristiano?
Eso en el fondo, ¿y en la forma? ¿Se han mostrado respetuosos, dialogantes? Se dice, y es verdad que las formas son muy importantes en política. Lo que tenemos que observar en ellos es eso: si han sido respetuosos, si han sabido mostrar y defender sus diferencias. -que las deben mostrar-, con respeto y tolerancia, si se han mostrado dialogantes con capacidad de llegar a acuerdos. Con buenas formas se puede dialogar y pactar. Con malas formas es imposible. Será fracaso seguro. Las malas formas esconden el vacío de ideas, esconden la incapacidad de gestión.
Por sendos discursos podemos observar, y poner nota, sobre lo que cada uno entiende por acción de gobierno, y las propuestas presentadas; quien tiene una posición más acertada sobre cuestiones como relaciones laborales, la lucha contra la desigualdad, el sistema fiscal, las migraciones, o el bienestar social. Estamos inmersos en una nueva era digital y climática. Tenemos retos que no podemos eludir, como la Unión Europea o el Estado de las Autonomías. Tenemos la urgencia de analizar, evaluar y reformar la Constitución. ¿Quién está más próximo a estas cuestiones, en el fondo y en la forma? Eso lo decides tú lector. Tienes la obligación de observar, analizar y sacar tus propias conclusiones. Un mejor Año Nuevo.