El caso de ocupación de una vivienda de Valdepeñas, por inquilinos que llevan más de cuatro años sin pagar alquiler, ha tenido novedades. El propietario ha recurrido a una empresa de mediación para intentar recuperar la casa, después de que el Juzgado de Instrucción haya denegado la ejecución del desalojo. El dueño, ya jubilado, se ve obligado a vivir de alquiler.
El inquilino moroso fue sorprendido ayer por miembros de la empresa de mediación –que no desokupas-, cuando creía que iba a encontrarse con unos clientes interesados en alquilar un piso. En una conversación de más de veinte minutos, el mediador recuerda al "inquiokupa" que engañó a su alquilador, ofreciendo un contrato con opción a venta por el que una inmobiliaria cobró 3.500 euros de comisión, resultando que la agencia era suya.
Después de unos pocos meses dejó de pagar la renta. Así desde 2020 hasta hoy. En julio de este año una sentencia de los Juzgados de Valdepeñas estableció el desalojo de la vivienda a cambio de una quita del 50 por ciento de la deuda. Pero el inquilino, ni pagó, ni dejó la casa. El afectado se ha dirigido al Juzgado reclamando la ejecución de la sentencia, pero el Juzgado deniega el desalojo. El morador de la vivienda, por su parte, se dice víctima de un acoso por parte del propietario.
De todo lo que escucha el moroso al mediador, no niega nada e incluso se muestra comprensivo con el casero; un hombre de 68 años, recién jubilado, que vive de alquiler en la ciudad en la que trabajaba y que quiere regresar a su pueblo y habitar su vivienda, por la que ha dejado de percibir más de 25.000 euros.
En Valdepeñas, en los últimos días, al menos otras dos viviendas han sido desalojadas por empresas dedicadas a ello, después de que los afectados hayan intentado en vano un acuerdo con los inquilinos que no les pagaban.