Es de justicia no olvidar a quien logró buena parte de lo que somos como valdepeñeros y a quien debemos el poder realizar actos cotidianos que no valoramos lo suficiente, como abrir el grifo de agua a cualquier hora del día. Don Esteban López Vega debe ser recordado y debe ser conocido por las generaciones más jóvenes que ignoran a quién le deben buena parte de las comodidades y posibilidades que les ofrece esta ciudad.
Mis recuerdos de don Esteban son desde la perspectiva de la niñez y adolescencia que me correspondieron vivir en su época de alcalde. Recuerdos que son subjetivos y algunos trascordados. Pero gracias a la tecnología moderna he tenido la oportunidad de revivir aquellos tiempos de don Esteban a través de la lectura de más de mil artículos de la hemeroteca digital de los periódicos, valorando ahora sus logros con mi actual criterio de adulto. Y mis descubrimientos han sido más de los que me esperaba. Tantas obras que creía anteriores o posteriores a la gestión de don Esteban se las debemos a su creatividad, lucha y constancia.
Al inicio de sus actividades fue acusado de querer ser el sheriff de la provincia y creo que en realidad siempre fue nuestro particular John Wayne, que defendió los intereses de Valdepeñas visitando a ministros, embajadores, empresarios, artistas y al rey don Juan Carlos I mientras estaba de caza, y fueron éstos quienes visitaron Valdepeñas también. Su arduo trabajo para “llevarse el gato al agua” para Valdepeñas en varios ámbitos, como ante el gobierno regional y nacional, fue tal que en una ocasión la corporación municipal de una localidad vecina le sugirió que intentara con sus gestiones que se celebraran los Juegos Olímpicos del 92 y la Expo en Valdepeñas. Su carácter asertivo a veces se tornaba duro siempre defendiendo a Valdepeñas. No dudó en dar “un puñetazo en la mesa” ante el ministerio de Obras Públicas y Urbanismo para que le financiaran su idea de hacer un embalse en el río Fresneda que diera agua suficiente a Valdepeñas, siendo el gobierno nacional y don Esteban ambos del mismo partido, la UCD. Y siendo don Esteban de Alianza Popular y el Gobierno Regional del PSOE estalló ante el ninguneo de las autoridades regionales con la realización de la feria Agroalimentaria-86 y amenazó con la salida de Valdepeñas de la región castellano-manchega. Sabemos que no cumplió su amenaza independentista.
Don Esteban pudo limitarse durante sus mandatos a cobrar impuestos e invertirlos, pero decidió hacer mucho más, hacer de “jefe de marketing y de ventas” de Valdepeñas y de “empleador” de valdepeñeros, imponerse la misión de encontrar empresas que ocuparan el Polígono Industrial impulsado por él y a pesar de la crisis, BUSCAR las empresas para disminuir el paro local. En marzo de 1984 se dieron a conocer las ayudas para llenar el Polígono Industrial de Valdepeñas: precio interesante, excepción de impuestos (licencia de obra gratis y cinco años de exención de impuesto municipal), gestión de créditos oficiales en buenas condiciones a través del Banco de Crédito Industrial y entidades financieras, agilidad en las gestiones de tramitación…
Siendo mucho más que un alcalde, fue emprendedor e hizo que Valdepeñas fuera pionera en la región con la celebración de ferias agroalimentarias. Y con su capacidad visionaria mostró el vino de Valdepeñas al mundo abriendo caminos a la exportación al mismo tiempo que nos traía la cultura de otros países en unas Fiestas del Vino, genuinas y productivas.
Sus preocupaciones económicas y culturales fueron a la par. Llenó Valdepeñas de museos y nos trajo la cultura desde cerca y desde muy lejos, convirtiendo a veces a Valdepeñas en una privilegiada en toda España.
En 1979 ocurrió una tragedia inmensa que hubiera hundido a Valdepeñas por siempre, pero se inició la resiliencia, con los fallecidos solamente es posible honrarlos y recordarlos, pero de los restos del desastre se encontraron nuevas oportunidades. Las geniales ideas para sacar a flote a Valdepeñas chocaron contra una pared de imprevistos y retrasos. Don Esteban, con un épico esfuerzo personal, luchó en una carrera de obstáculos. Y sus acertados proyectos se fueron materializando. La solidaridad de todo un país y los gobiernos de UCD fueron generosos con las ayudas para la recuperación de la riada. Cuando desapareció UCD del mapa político, don Esteban se quedó huérfano de partido y ante la disyuntiva de qué partido u opción elegir para volver a presentarse como alcalde, decidió ser fiel a sus convicciones ideológicas y eligió Alianza Popular, y los valdepeñeros fueron fieles con su gestión y su arrojo para cumplir sus proyectos y siguieron votándole a pesar de que Valdepeñas se convertiría en una isla de Alianza Popular en un mar del PSOE. Estas arriesgadas decisiones culminaron al final en el gran logro que ocupó su extensa etapa de alcaldía: en Valdepeñas no volvería a faltar agua. Pero supuso la erosión de su gran pasión, la celebración de ferias comerciales en Valdepeñas, frente al emerger en otras localidades manchegas.
Han transcurrido muchos años desde entonces. El haber revivido gracias a la Hemeroteca la frenética actividad de don Esteban y cómo, siendo tan grande, cayó doblegado ante la despiadada enfermedad, me ha dejado un poco tocado, lo cual es absurdo porque me ha ocurrido con un retraso de 29 años. Pero siempre tendré el consuelo de que fue homenajeado en vida por todos y que nunca olvidaremos su amor por Valdepeñas.