Ha salido en prensa diciendo que no soporta a la oposición, y que se la cambien.
Quizá propone que sea él mismo el que elija a la oposición.
A lo mejor le gustaría hacer un casting; y que seamos descambiables, de manera que si no le gusta quién está, lo pueda cambiar por otro. Principalmente hombre, porque lleva especialmente mal que sean mujeres las que le porfíen y digan cosas que él no quiere oír.
Queda patente el tipo de talante que gasta, gustando más del autoritarismo y las destituciones que del diálogo y las votaciones.
No lo habíamos pensado pero ¿Para qué quiere a la oposición una persona que lleva siempre la razón?
Eso sí, mientras se aplican estos nuevos prototipos de oposición, le quisiera aclarar un par de cuestiones.
- No me he intentado “colar” en ningún sitio, y menos en una agenda. La cuestión era otra muy distinta: venía acompañando a un Delegado Provincial que así me lo había pedido. Es habitual que cuando alguien del Gobierno al que se representa viaje a un pueblo, solicite ser acompañado por la oposición.
Como bien dice en su nota, ni tan siquiera es de primero de protocolo, es de simple educación: qué mínimo que haber saludado cordialmente a la que es representante de la oposición, que también ostenta un cargo institucional, y que iba acompañando a otro cargo institucional con el que se iba a hablar de temas de interés general del pueblo.
¿No es usted el que nos pide que trabajemos por el pueblo? Pues facilítenos el trabajo, no nos lo impida.
- No me caracterizo por hacerme la víctima en ninguna parte; más bien suelo tener el coraje para luchar por lo que creo que merece la pena y para decir las cosas a la cara, con claridad.
¿A qué se refiere con que soy poco digna, Lozano?
¿A que desde el minuto uno ha intentado hacernos de menos, a mí y a mis compañeros, no invitándonos a los actos, procurando que no asistamos, o teniendo que solicitar la información por medio de instancias que raramente contestan?
No sé si yo seré poco digna como usted dice, pero nunca he dejado fuera a nadie que viniera acompañando a nadie que viniera a verme, y menos aún lo he hecho sin dar la cara, mandando a un tercero.
Permítame recomendarle tres cosas a usted y a su magna dignidad:
Ideas, trabajo y talante.
Y si pudiera ser, no utilice la página web del ayuntamiento para usos partidistas.