La Universidad de Castilla-La Mancha es sin duda alguna la piedra angular de nuestra región, uno de nuestros mayores símbolos de identidad propia como Comunidad Autónoma. A día de hoy sería imposible entender Castilla-La Mancha sin su institución universitaria, porque el conocimiento que dentro de los campus se genera y se imparte llega a los rincones y a las familias y empresas de los distintos pueblos y zonas de la región.
La Universidad de Castilla-La Mancha representa una oportunidad de futuro para las personas jóvenes de la región. No podemos permitirnos no explotar el potencial de las generaciones que van a escribir las páginas de las próximas cuatro décadas. Y esto gracias a que en los últimos cuarenta años hemos creído en la región y en blindar sus instituciones, siendo la Universidad una de las más importantes.
La Universidad regional es fruto del trabajo y del esfuerzo de la ciudadanía de la región y de la voluntad política del Gobierno de Castilla-La Mancha, que ha hecho de nuestra Universidad una de las mejores banderas que tenemos como sociedad. Es cierto que no tenemos petróleo o gas, pero tenemos algo mejor: el talento de nuestra gente.
Aun pudiendo afirmar que ha sido una historia de éxito, es cierto que han existido dificultades y retos, especialmente unos años atrás en los que el Gobierno de Cospedal en la etapa 2011-2015 mermó su financiación y comprometió su viabilidad.
En los últimos años ha habido que hacer frente a dos grandes problemáticas: por un lado, recuperar la financiación que se había recortado en la legislatura 2011-2015; y por otro lado, facilitar y garantizar la accesibilidad a la Universidad a todas las familias, especialmente a aquellas con menores ingresos económicos.
Por ello, con la llegada al Gobierno de Emiliano García-Page se recuperaron los niveles de financiación previos; se congelaron las tasas universitarias hasta el año 2015; se redujeron los precios de master hasta equipararlos con los de grado; se eliminaron las tasas de convalidaciones y se flexibilizaron al máximo los pagos.
Una vez habiendo librado la Universidad de malas artes del pasado y garantizado su continuidad, es momento de mirar al frente y plantear nuevas metas y nuevos horizontes como vanguardia de la inteligencia y de la prosperidad económica en la región, con una óptica muy clara: que nadie se quede atrás, que nadie se pueda quedar fuera por una cuestión de cuenta corriente.
El contrato firmado recientemente por el Gobierno de Emiliano García-Page supone una inversión de más de 1.000 millones de euros para los próximos cinco años, gracias al cual va a aumentar la financiación un 20% anual, pasando de 164 millones de euros anuales a 200 millones de euros al año. Gracias a este compromiso del Gobierno regional, la UCLM ampliará los grados en la región implementando física en Toledo, ingeniería biomédica en Cuenca, matemáticas en Ciudad Real, psicología en Albacete, y el master en dirección estratégica en Tecnologías de la Información en el campus de Talavera de la Reina; a su vez, se hace una apuesta considerable por la investigación, la internacionalización y la docencia universitaria.
Con este nuevo marco se reafirma el compromiso con nuestra Universidad, que además cuenta con un equipo de dirección y un rector centrados plenamente en hacer crecer la institución y en ahondar en su mimetización con el conjunto de la región y de los territorios de Castilla-La Mancha.
El futuro de Castilla-La Mancha pasa sin duda alguna por el desarrollo y las oportunidades de las personas jóvenes dentro de la región. Por suerte, la época en la que a la gente joven se nos mostraba la puerta de salida de nuestra tierra ha terminado y hoy podemos mirar al futuro con esperanza y algo más de certidumbre.
El Gobierno de Castilla-La Mancha apuesta por la gente joven en su conjunto, desde distintas ópticas, no únicamente desde la universitaria. Prueba de ello son las ayudas al alquiler, a la adquisición de vivienda; la incorporación de más de 4.000 personas jóvenes al campo desde el año 2016; la creación de más de 200 nuevos grados de Formación Profesional desde el año 2015; el Plan de Retorno de Talento Joven; las más de 8.000 ayudas para incentivar la contratación juvenil; o los 15.000 jóvenes menores de 25 años más que hay ahora trabajando con respecto al año 2015.
La apuesta del Gobierno de Emiliano García-Page y la ciudadanía en su conjunto por la Universidad y la creación de oportunidades es sin duda alguna una buena noticia para las personas jóvenes de Castilla-La Mancha, que contaremos con más progreso y bienestar en nuestra tierra.