En este tercer capítulo que ofrecemos de los 150 años de historia de la plaza de toros (lo completaremos con dos más), nos vamos a centrar en curiosidades varias recogidas la mayoría de la publicación del malogrado Rafael Garrido García, que fue directivo del Club Taurino “Ciudad del Vino”
Vamos en principio por la antigüedad de las plazas y nos encontramos estos datos:
Plaza de las Virtudes de Santa Cruz de Mudela, (cuadrada), está fechada en el año 1645. Plaza de Almadén (hexagonal), fechada en el año 1755. Plaza de Almagro, fechada en el año 1846. Plaza de Valdepeñas, inaugurada en 1872. Plaza de Manzanares, en 1900. Plaza de Piedrabuena, edificada sobre la fortaleza (Castillo de Mortara), fechada en 1911.
Desde el año 1908 y hasta la Guerra Civil la mayoría de festejos que se ofrecían en Valdepeñas, eran novilladas, aunque también se organizaron festejos con espadas punteros, es decir, corridas de interés.
Surgió un problema, y es que el aforo de la plaza ya no era suficiente para continuar dando las corridas que años antes se celebraban.
Los que venían de fuera, se quedaban sin poder entrar por estar agotadas las localidades. Como la afluencia de público de fuera, era cada vez menor, la compañía de ferrocarriles dejo de poner trenes especiales. No obstante, la afición era muy numerosa, aunque las corridas fueran menos punteras, y la media de festejos que se dan anualmente hasta los años veinte era de seis.
Ampliar el aforo
La verdad es que la idea de ampliar o hacer una plaza nueva siempre ha sido una cuestión que ha surgido en imaginación, pero mucho me temo que como están las cosas, nos conformaremos con el actual coso del barrio del Lucero.
En junio de 1944, la Comisión de Ferias y Fiestas acordó aceptar la adquisición de La Plaza de Toros por 48.000 ptas. El deplorable estado en que se encontraba, decidió al ayuntamiento adquirirla con objeto de someterla a un amplio proyecto de mejoras, que incluyó la ampliación del aforo de hasta siete mil localidades. Se destinaron treinta mil pesetas para los primeros plazos de la reparación de la misma.
Años más tarde vuelve a surgir la idea de construir una nueva plaza de toros en sitio distinto, desmantelando la actual que resultaba pequeña.
Las autoridades del momento pretendían contar con un coso lo suficientemente amplio para que permitiera los mejores carteles.
Sin toros
Resulta, que el 8 de septiembre de 1984, no hubo festejo por las Fiestas de la Vendimia. En una carta dirigida al entonces alcalde, Esteban López Vega, García Cortina el empresario que había entonces declinó su responsabilidad ante la afición taurina de Valdepeñas aduciendo la imposibilidad de encontrar novillos.
A principios del año 1989 se propone llevar a cabo obras de ampliación y remodelación de la plaza de toros. El proyecto, comprendía el aumento del tendido y la construcción de palcos y balconcillos alrededor de toda la plaza, a fin de darle mayor aforo que en esa fecha es de poco más de cinco mil localidades.
En el proyecto, se contempló también la remodelación de la fachada exterior con la construcción de arcadas que permitieran dar mayor altura a los palcos y mejorar y aumentar el número de gradas.
Hubiera sido una ocasión excepcional, pero el tren pasó y nos dejó con la que teníamos y tenemos.
El entonces presidente de la Federación de Entidades Taurinas de la Comunidad de Madrid, el valdepeñero ya desaparecido Juan Fernández Alberro, manifestó en 1993, que era necesario un arreglo de la plaza en lo que concierne a la grada. Reconoció que los empresarios se juegan mucho dinero y que la capacidad de la plaza no permite la contratación de grandes festejos.
Caso por ejemplo de Luis Guzmán Justicia, presidente de la empresa taurina “Torifinsa”, que dijo que en los tres años que llevaba administrando la plaza de Valdepeñas, había perdido mucho dinero, ya que, de un total de 5.400 localidades aproximadas, en el 91 sólo hubo 2.033 entradas vendidas, en el 92, 3.000 entradas, y en el 93 tan sólo 1.646.
En el año 2000 el alcalde Rafael Martínez de Carnero reconoció los problemas existentes en la Plaza de Toros, que había sufrido varios derrumbamientos en sus graderíos. Al mismo tiempo dijo que su solución quizás pase por la obtención de fondos a través del Gobierno Regional o Nacional para acometer importantes obras de restauración o para la construcción de una nueva infraestructura taurina.
Otro tren que pasó y nos quedamos como estamos, porque no se aprovechó el interés de aquellos años para haber ampliado la plaza.
No olvidemos que las plazas de toros de las poblaciones más cercanas a nosotros tienen un aforo bastante mayor. (Almagro, aforo 8600. Manzanares, aforo 7000, lo mismo que Daimiel, por citar algunas plazas).
Ya decía Rafael Garrido en su libro, que “hoy en día tal como está el panorama, ya no creo sea necesario. Incluso con la remodelación de los nuevos asientos, el aforo ha disminuido considerablemente, con unos asientos que yo personalmente no les veo que se ganara mucho en comodidad. Actualmente los graderíos tienen una capacidad aproximada de 4.200 personas. Eso sí, la Plaza de Toros se podría utilizar también como escenario para otras actividades. Ciclos de cine al aire libre, conciertos y otros espectáculos".
Razón llevaba el amigo Rafael, que se fue al ruedo del cielo hace unos años.