Si todo el mundo tiene un pueblo al que volver en verano o Navidad, el de Asunción Cámara ha sido desde pequeña Valdepeñas. Hija de valdepeñero y valdepeñera, se crio en Madrid, donde empezó su interés por la naturaleza y la ciencia. Ahora, ha sido reconocida con el Premio Talgo a la Excelencia de la Mujer en la Ingeniería por su proyecto de investigación para frenar la despoblación rural mediante sistemas de gestión de los bosques completamente sostenibles.
Con esa innovadora idea, esta ingeniera de montes ha conseguido encontrar un motivo por el que muchas personas pueden plantearse volver a vivir en zonas que forman parte de la llamada España vaciada.
Un trabajo que podría servir de punto de partida para algunas comarcas castellanomanchegas y que a ella le ha valido para ser una de las ingenierías más reconocidas del país y a día de hoy es un ejemplo del papel de la mujer en la ciencia y anima a los que aún no lo tienen muy claro, vivan donde vivan.
Asunción, premio a la excelencia de la mujer en la ingeniería, afirma que echa mucho de menos Valdepeñas, el pueblo de sus padres, porque siempre que puede baja al centro de España a tomar un vino y a comer gachas en El Peral.