Un llamativo vuelco se produjo en la madrugada del sábado al domingo en la calle Monjas, en pleno centro urbano de La Solana. Un turismo quedó cruzado en la calzada, patas arriba, tras un accidente provocado por el propio conductor, un vecino del municipio de 47 años, que conducía en estado de embriaguez.
Según ha informado la Policía Local, los hechos se produjeron a las 4.50 horas, a la altura del número 5 de la citada calle. Un turismo marca Opel, modelo Astra, subía por la calle Don Rodrigo y entró a calle Monjas, momento en el que impactó con otro turismo marca Peugeot, modelo 307, que permanecía estacionado, lo que provocó el vuelco del turismo marca Opel. El conductor –y único ocupante- del vehículo resultó ileso. Practicadas las pruebas de alcoholemia, arrojó un resultado de 1.10 y 1.15 mg/litro de aire espirado, de modo que ha sido imputado por un delito contra la seguridad vial. La Policía Local instruye las diligencias.
Otro conductor denunciado por múltiples infracciones
A las 4.30 horas de la madrugada de este lunes, 11 de abril, la patrulla de servicio localizó un vehículo de la marca Seat, modelo León, circulando por la calle Huertas y cuyo conductor carecía de carné de conducción. El sujeto, de 21 años y vecino de La Solana, hizo caso omiso a la orden de alto de los agentes y circuló de forma negligencia y en dirección prohibida por calle Echegaray. Fue denunciado por estas infracciones, y también circular con el vehículo sin seguro obligatorio ni la ITV en vigor.
Otros sucesos
Por otra parte, a las 13.45 horas del domingo, una mujer 71 años de edad sufrió un desvanecimiento en la Plaza Mayor durante la procesión del Domingo de Ramos. La mujer fue atendida por Policía Local y varias personas del ámbito sanitario que se encontraban en el lugar. Una ambulancia trasladó a la mujer al Hospital de Manzanares. Precisamente durante la citada procesión, la Policía Local retiró del itinerario un vehículo que se encontraba estacionado en calle Francisco Javier Bustillo, y otro cuyo estacionamiento indebido obligaba al resto a circular sobre la acera.