domingo. 16.03.2025

Paula Sevilla, un sol entre tulipanes

Hermi Parra, Antonio Serrano y Paula Sevilla. Tres solaneros en Apeldoorn
Hermi Parra, Antonio Serrano y Paula Sevilla. Tres solaneros en Apeldoorn

            Un sol brilló para la eternidad del atletismo español en el país de los tulipanes. Al filo de las diez de la noche de este sábado, 8 de marzo de 2025, una mujer de larga coleta morena bailó sobre la pista de Apeldoorm. Clavó una auténtica pica en Flandes, precisamente a tiro de piedra de la región flamenca, donde los Tercios españoles dibujaron su epopeya. Ahora, Paula Sevilla ha dibujado la suya. La solanera voló en los 400 metros lisos, se colgó un histórico bronce para España, y en ese vuelo también llevaba billete de regreso a 1991, igualando el mítico récord nacional de Sandra Myers (50.99).

            Si don Juan de Austria levantara la cabeza, se vería reflejado en Paula, que lideró la hueste española de la velocidad en tierra holandesa y firmó el mejor epílogo posible a una novela imposible. La ha escrito en un mes exacto. Un mes de locos. Aquel 400 en Gallur lo corrió a modo de prueba, pero detuvo el crono en unos increíbles 51.79. También se detuvieron sus planes. Su amor de siempre, la velocidad pura, podía esperar un poco, así que se bajó de su querido 200 para subirse al cuádruple hectómetro en el Campeonato de España. Y ya sabemos lo que pasó: oro y 51.20. Bendita infidelidad.

            De repente, Paula Sevilla se veía al mando del 400 femenino más potente de la historia, camino de Países Bajos. Los focos le alumbraban más que nunca. Tenía la presión que ella quisiera ponerse, porque no dejaba de ser una novata en la distancia. Pero algo nos decía a todos que alcanzar la final era factible. Y por qué no morder una presea. El viernes comenzó a marcar territorio. Ganó la primera serie y declaró que “era el mejor sueño que jamás hubiera imaginado”. La humildad la lleva de serie. Por la tarde, más madera. Nueva victoria en semis con otro tiempo estratosférico (51.23). “Estoy en shock”, declaraba nada más cruzar la meta.

            El sábado se levantó plomizo en La Solana, su pueblo. Amenazaba lluvia, y llovió. Pero todos sus paisanos esperaban ansiosos al temporal de la noche, el que podía desatarse en el Omnisport de Apeldoorn. Es fácil deducir que Teledeporte rompió el share en la patria chica de Paula. Eran las 21.50 horas. Los comentaristas de RTVE recordaron varias veces que allí estaba “la atleta de La Solana”. Y no ocultaban sus opciones de medalla.

            Se acabó la espera. Suena el disparo. Paula sale por la calle 5. La grada ruge por Lieke Klaver, la atleta local y gran favorita. La noruega Henriette Jaeger alcanza a Paula, que aguanta el tirón. Recupera sitio la española en su curva fetiche. Valiente, se mete tercera en la calle libre. Aprieta la checa Lurdes Gloria Manuel, otra bala que había acreditado 51.15 este mismo año. Aliento contenido. La tensión es máxima. Paula aguanta, aguanta y aguanta. No se ceba, pero tampoco cede. Lo que tiene de tímida lo tiene de lista sobre el tartán. Los comentaristas se desgañitan. Todos nos desgañitamos. ¡Vamos, vamos! Últimos metros. ¡Aguanta, nena!, le diría su madre cien veces. Llegada a meta. Paula Sevilla es de bronce. Y quedaba el postre. Salen los tiempos y aparecen esos 50.99. Sandra Myers ya no está sola en su olimpo. Paula ha llegado allí. ¿Visita de cortesía? Es posible. Quiere más.

            Con los vapores de un metal histórico, corrió el domingo con el relevo largo. Hizo la primera posta. Gran carrera del cuarteto patrio, donde otra solanera, Hermi Parra, animó desde su butaca como suplente de lujo. Esta vez no hubo medalla, a pesar de que el relevo español femenino firmó su mejor carrera de siempre, pulverizando el récord nacional hasta colocarlo en 3.25.68. Una brutalidad. Y a pesar, también, de que las neerlandesas hicieron una jugarreta sucia que las apartó del podio momentáneamente, descalificadas. España fue bronce unos minutos. Pero la reclamación de las anfitrionas las devolvió al cuarto puesto, el más agrio. Da igual, aunque no dé. Sí, España se ha metido de lleno en la élite del relevo y dos solaneras tienen mucho que decir en él. Un tal Antonio Serrano volvió a ser testigo de excepción. La Solana on fire. Y lo que te rondaré… morenas.

Paula Sevilla, un sol entre tulipanes