Una de las evidencias que está dejando esta tercera ola es la carencia de personal de enfermería que ya acusan la mayoría de centros sanitarios y sociosanitarios. Ahora las enfermeras y los enfermeros también tienen que administrar la vacuna y el incremento de los casos hace que los cuadrantes no resulten. Una profesión son paro cero, pero al 100% de rendimiento.
Las enfermeras y los enfermeros son el primer contacto que tienen los pacientes Covid cuando son diagnosticados. Ellas les hacen la prueba, pero además atienden diariamente a todos los que necesitan ingreso. Por no olvidar que, desde diciembre, son las encargadas de inyectar la vacuna desplazándose a las residencias. Ahora mismo son el bien más preciado y más escaso.
En residencias y centros de salud se está intentando hacer malabares para echarse una mano mutuamente. Esta situación ha derivado en una sobrecarga de trabajo que a la vez ha hecho visible la falta de personal que acusa el colectivo porque ya no se pueden dividir más.
La solución a corto plazo pasa por mirar hacia los que están a punto de titularse, aunque todavía con exámenes. Ya se echó mano de ellos, sin embargo, la vacunación es algo más complicado.
Cuando ya se han cancelado vacaciones y días libres, los sindicatos esperan que se aumenten las plazas públicas porque somos uno de los países con menor ratio europeo y de los que más profesionales ha perdido por la fuga de cerebros.
