El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado en Ciudad Real que esta región ha estado confinada, como el resto del país, pero no ha estado parada y se ha mostrado optimista al aseverar que “España tiene derecho a perder el miedo al virus, pero no la prudencia porque sigue habiendo muertos y moralmente duelen igual 40 que 3.000”, ha lamentado.
En este orden de cosas, ha explicado que el Consejo Interterritorial de Salud, en su reunión de ayer, acordó la creación de un grupo de trabajo que decidirá las medidas a tomar desde ahora, y a lo largo del verano, para ir retirando la obligatoriedad de la mascarilla. En su opinión, es “probable que antes de mediados de julio” se pueda prescindir de la misma. A este respecto, el jefe del Ejecutivo castellano manchego ha reivindicado una vez más, “un patrón común a todo el país con criterio y coherencia” para luchar contra la COVID-19.
García-Page ha anunciado que la próxima semana recibirá la vacuna contra el virus y ha lamentado que esta región sea la única del país “en la que la oposición quiere que el presidente sea el primero en vacunarse”. Así, ha garantizado que en esta región se ponen las vacunas en el orden decretado, de mayor a menor edad, en función del riesgo que cada grupo corre en la afección del virus.