Ayer fue un día cargado de noticias sobre las restricciones por la pandemia en C-LM. Si por la mañana era la consejera de economía y empleo, Patricia Franco, la que se reunía con el sector hostelero para escuchar sus preocupaciones e intentar el mantenimiento de los negocios, a media tarde era el presidente del Gobierno regional el que se trasladaba a Ávila para acordar un decreto conjunto entre Madrid, Castilla y león y nuestra comunidad. Esto daba continuidad al encuentro celebrado entre García-Page y los presidentes de las cinco diputaciones provinciales, representantes de la Federación Española de Municipios y Provincias y los agentes sociales.
Así, primero supimos que nuestro toque de queda pasaba de las 23 a las 24 horas y que solo serán 6 personas las que estén permitidas en reuniones intimas y de ocio. Después, fue el propio jefe del ejecutivo quien nos anunció que el confinamiento estaba decidido.
Y así ha sido. Ya está firmado y publicado el decreto regional que hace oficial desde hoy la hora de no circulación por la vía pública, la restricción sobre las reuniones sociales y el tan esperado anuncio sobre el cierre de Castilla-La Mancha. El consejero de Sanidad ha sido el encargado de explicar el porqué de este cierre perimetral que se extenderá entre 10 y 14 días en función de las decisiones del gobierno central.
También el aforo en las celebraciones religiosas va a pasar a un 40 por ciento en espacios cerrados y a un máximo de 100 personas en lugares abiertos. Los niveles que se han estado utilizando hasta ahora para tomar medidas individuales en cada población se mantienen en 1, 2 y 3 según la evolución de los contagios.
El consejero ha querido enviar un mensaje de ánimo y a la vez de agradecimiento al sector turístico y la hostelería por su buena disposición a adaptarse a la situación.