Aunque nos parezca algo novedoso, la salida al mercado de una nueva vacuna siempre conlleva un largo proceso en el que se hacen muchas pruebas a la vez en diferentes laboratorios y con ensayos en personas muy diferentes. Sin embargo, como es el primer caso del que tenemos tanta información, parece que no nos cuadra demasiado eso de prueba/error.
Los ciudadanos no manejamos bien los plazos que se siguen en investigación y ciencia para encontrar remedios a enfermedades y tampoco sabemos mucho sobre el proceso hasta llegar a la aprobación de una vacuna. Lo cierto es que se trata de experimentos rigurosos, pero a ciegas, donde muchas veces ni los investigadores ni los voluntarios saben si se está probando con muestras de vacuna real o es placebo, por lo que los efectos secundarios no siempre tienen que ver con esos ensayos. Conviene entenderlo de esta manera de cara al momento en el que tengamos la opción de vacunarnos contra la COVID-19.
Todos los gobiernos ya han dejado claro que los primeros en utilizar esas dosis confirmadas de protección serán los sanitarios y los grupos de riesgo. Algo que quizá nos tranquiliza un poco si pensamos que es imposible que se arriesguen con quien se ocupa de nuestra salud.
En Televaldepeñas hemos salido a la calle a hablar con la gente...