La hostelería ha superado sus previsiones para esta pasada Semana Santa en nuestra región y, además, el castellano-manchego ha hecho turismo de Semana Santa en su propia tierra: son las dos conclusiones expresadas por el presidente de la Federación de Hostelería de Castilla-La Mancha, José Crespo. La inflación –afirma Crespo- no ha impedido que el público llene los restaurantes y terrazas.
Las previsiones eran optimistas para esta Semana Santa en el sector de la hostelería, pero el resultado incluso las ha superado. Conclusión importante también: muchos castellano-manchegos han elegido su propia región para hacer turismo de Semana Santa.
Los beneficios han alcanzado a todos los ámbitos de este sector, gracias a que la ocupación hotelera ha alcanzado el 80, el 90 e incluso el 100 por 100, según zonas, lo que ha repercutido en la hostelería de calle. Para Valdepeñas, el balance no es menos bueno. La localidad ha recibido visitantes principalmente de Madrid, Levante, País Vasco y también algunos venidos de otros países.
En economías de servicios como la nuestra, la hostelería es indicativa de la marcha de la región. El problema de la fuerte inflación está ahí, pero no ha impedido que la gente salga a la calle, llene los restaurantes y terrazas, y consuma. El presidente de los Hosteleros encuentra en esta buena campaña de Semana Santa, el mejor preludio para el verano.
Pero sigue faltando un elemento esencial para que la actividad se sobreponga del gran bache de la inflación: el agua. La sequía no cede y no solo lo lamenta el campo. Detrás del sector primario van todos los demás; la hostelería también.
