viernes. 22.11.2024

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2020 en 483 estaciones oficiales de medición de ozono repartidas por todo el territorio español, entre ellas 26 situadas en Castilla-La Mancha.

El ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata por tanto de un contaminante secundario que en verano afecta a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial.

El ozono troposférico sigue siendo el contaminante atmosférico que año tras año afecta a más población y territorio. Durante 2020 sus niveles se han reducido de forma importante, interrumpiendo la tendencia estacionaria o al alza de los últimos años, como consecuencia de la drástica disminución de las emisiones de sus contaminantes precursores en la industria y en el transporte, por efecto de la crisis de la COVID-19.

El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2020 a la totalidad de la población y del territorio castellano-manchego.

Si se considera el valor objetivo establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, la población que ha respirado aire contaminado por encima del estándar legal es de 216.000 personas, en el Corredor del Henares. Ocho estaciones de medición de esta zona, de la Comarca de Puertollano y del Resto de Castilla-La Mancha han incumplido el objetivo legal en el trienio 2018-2020.

La frecuencia de las superaciones de los estándares legal y de la OMS ha sido muy inferior a la de años precedentes, con un descenso de respectivamente el 42 % y el 34 % en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto de la región.

La mejoría de la situación ha sido especialmente relevante en las estaciones urbanas de Albacete y Cuenca, con una reducción del número de días con mala calidad del aire del 67 y el 86 %, respectivamente. De manera puntual, el ozono sólo ha aumentado en la estación urbana de Talavera de la Reina (Toledo), precisamente por el menor tráfico.

La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en el Estado español. Las personas más afectadas son niñas y niños, personas mayores, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas.

El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33% del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. La página web de calidad del aire autonómica sólo ofrece datos en tiempo real de la última hora y carece de información sobre las estaciones de las redes privadas. "Resulta elemental por ello que la Junta de Castilla-La Mancha se esfuerce por mejorar la información de la calidad del aire en su Comunidad".

Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente. "Pero, en el caso del ozono, la Junta de Castilla-La Mancha sigue sin elaborarlos en todas las zonas donde resultan preceptivos, pese a las reiteradas peticiones de Ecologistas en Acción. "Se trata de una negligencia que está poniendo en peligro la salud de toda la población castellano-manchega", aseguran.

"La Comarca de Puertollano sigue sin contar con un protocolo de actuación frente a las puntas de contaminación por ozono, que contemple medidas de limitación de la actividad industrial en episodios de elevada contaminación como los cinco registrados en 2020, con una decena de superaciones de los umbrales de información de alerta, mientras las autoridades se limitaban a informar rutinariamente a la población sensible".

Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono son la disminución del tráfico motorizado, la adopción de las mejores técnicas industriales disponibles, la sustitución de los disolventes orgánicos por agua, el ahorro y la eficiencia energética y el apoyo a las energías renovables. También es necesario penalizar a los vehículos diésel y una moratoria para las grandes explotaciones ganaderas intensivas.

La crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono. La dramática situación creada por la pandemia viene a corroborar que la reducción de las emisiones de precursores sí es efectiva para combatir la contaminación por ozono.

La contaminación por ozono cae un 34% en Castilla-La Mancha, en 2020