Unidad y convivencia
A todos los personajes públicos, políticos o mediáticos, que se han posicionado en la condena a un hipotético indulto a los presos del “procés”, yo les preguntaría: ¿Y entonces, qué hacemos, ante el grave conflicto creado en Cataluña? ¿No hacemos nada, y a esperar? Seguro que algunos no dudarían en mandar el ejército. Otros muchos continuarían alimentando la confrontación que es lo mejor que saben hacer para obtener rentabilidad política. No. Porque yo veo mucha condena al indulto, pero no oigo nada sobre qué hacer para salvar el conflicto catalán.
Ha saltado la noticia de que el Gobierno de Pedro Sánchez, estaría estudiando la posibilidad de conceder el indulto a los presos del procés. Es conveniente; es muy bueno, que los grandes temas de Estado vayan precedidos de un debate público. El ciudadano tiene que tomar conciencia clara de los problemas que afectan a todos. No es pequeña cuestión el gran conflicto catalán, porque afecta a la unidad territorial y a la convivencia entre españoles. Si no se afronta con seriedad y urgencia corremos el peligro de romper la unidad y la convivencia entre españoles.
Algunos han decidido echarse las manos a la cabeza, ante “tremenda barbaridad”. ¿Y eso? Como si fuera la primera vez que nos enfrentamos a un indulto. Desde la Transición se han concedido más de 10.000 indultos. Solo durante los gobiernos de Aznar, más de 5.000. Se han indultado a golpistas del 23-F, se han indultado a responsables del Yak-42, entre otros muchos, y nunca se armó el revuelo que se ha organizado ahora. La derecha anuncia pedir firmas por toda España. Ya lo hizo Rajoy en 2006. ¿Y qué consiguió? Pasamos de un 17 % de independentistas a un 48 %.
El indulto es un hecho político, es una prerrogativa del Gobierno. Por tanto quienes hablan de un acto ilegal mienten. A mí, como a la mayoría de españoles, no me gusta. Pero un Gobierno no está para hacer lo que le gusta, sino aquello que considere mejor para entrar en vías de soluciones a problemas muy complejos. Acertará o se equivocará, pero tiene el derecho y la obligación de intentarlo. Y los demás mostrar nuestro apoyo y lealtad, porque a todos nos va el resultado. Quienes no adoptan esa posición ante un problema de estado, están poniendo en riesgo la unidad y la convivencia entre españoles.