No, Sr Feijóo. Así no
Artículo escrito por Julio García-Casarrubios Sainz
Enorme ha sido la decepción, que me he llevado. Sí, sí. Aunque no sea del PP, ni vote al PP, me duele tremendamente que España no tenga una derecha que responda a los principios de “un partido liberal, conservador y democristiano”, como todos los partidos de derecha en Europa. La democracia española está coja, le falta un pie. No puede funcionar sin uno de los platillos de la balanza. Como español, y como demócrata, deseo que en España tengamos una derecha como Dios manda.
Sr. Fiejóo. ¿Para qué echaron a Pablo Casado? Yo creía que había sido para transformar al PP en un partido de derechas “moderado en la centralidad”. Pero no ha sido así. Y, de veras, que lo siento. Continúa en la falacia y la crispación. Dice Vd. que la “excepción ibérica” conseguida por el Gobierno de España, ha sido un camelo, un engaño, que ha servido para financiar a países vecinos. Pero, ¿Qué dice? Si la presidenta de la Comisión Europea, que es del PPE, lo pone como ejemplo a seguir en los demás países. Así no se hace oposición, aunque le sirva para ganar elecciones. No todo vale. Por encima está la honestidad intelectual y política.
Ahora, convencido de que ya no le favorece continuar el bloqueo, en la renovación de los cargos judiciales, se atreve a poner como condición despolitizar la justicia. ¿Es Vd. capaz de hablar de despolitizar la justicia? Un presidente del PP hablando de despolitizar la Justicia. Hombre, hay que ser un poquito congruentes. Siempre que le ponen un micrófono delante aparece “la deuda”. Este gobierno va a dejar España hipotecada para el futuro. Pregunta: ¿Qué deuda dejó en la Xunta de Galicia? ¿Qué deuda dejó Rajoy cuando salió de la Moncloa? ¿Qué deuda tiene ahora España? Conteste, Sr. Feijóo a esas tres preguntas. Solo son tres cifras.
En Vd. se esperan otras posiciones. Posiciones alternativas. Abra un debate sobre la diferencia entre socialdemocracia y democracia cristiana; compare el socialismo con el liberalismo; defienda lo privado frente a lo público; haga un estudio comparativo de los países de Europa; ponga encima de la mesa soluciones a la situación actual, soluciones con fórmulas y cifras. ¿O es que no las tiene? Deje de faltar a la realidad, critique lo que considere malo, y proponga algo mejor. Así aportará lo que necesita la derecha, lo que necesita España, lo que necesita la democracia. Así sí.