sábado. 23.11.2024

Rajoy o Casado

Artículo escrito por Julio García-Casarrubios

Yo no voto al Partido Popular. Me baso para esta elección en que siento preferencia por el progresismo frente al conservadurismo. Siempre tuve el convencimiento de que con un partido progresista se avanza más hacia un país moderno; se avanza más hacia un estado de bienestar social. Pero nunca pensé que los conservadores son los malos y los progresistas los buenos. No. Nunca. Son posiciones diferentes. Y como diferentes hay que tratarlos. Nunca malos y buenos. Si el Partido Popular se hubiese guiado por un conservadurismo cristiano, quizá, en algún momento se podrían haber puesto en los dos platillos de una balanza.

Otra cosa muy distinta es que algunos líderes conservadores, según la impresión que yo percibo, hayan puesto en marcha estrategias de confrontación, estrategias de crispación en la vida política, estrategias de polarización de buenos y malos; hayan buscado la legitimación de los suyos y deslegitimar al adversario, más que estrategias para convencer de que su conservadurismo es mejor para hacer frente a los problemas que tiene la sociedad en un momento determinado.

Y ahí es donde yo entro inevitablemente en la comparación Rajoy o Casado. Tengo desde la distancia, la impresión de que Rajoy era un hombre de estado, culto, buen parlamentario, estudioso, bien preparado. Mientras que esas cualidades no se las encuentro a Casado. Por tanto caigo en la tentación de compararlos. Pero me he estrellado. La estrategia de oposición ha sido la misma. O, ¿no nos acordamos de la oposición que Rajoy presentó a Zapatero. No fue, ni mejor ni más constructiva que la actual de Casado. Yo la recuerdo como la más cruel a un gobierno de España.

Entonces, ¿en qué tiene que basarse, un ciudadano de la calle, a la hora de decidir si vota al Partido Popular? No lo puede hacer en función de su ideología conservadora, y tampoco lo puede hacer en función del nivel político y humano de su líder… pues entonces apaga y vámonos. No queda otro camino que el de sembrar continuamente animadversión contra los otros. Los otros son los malos, rojos comunistas, que solo buscan romper España; los que no tienen legitimidad para ocupar el poder. “Márchense a su casa, que nosotros lo arreglaremos” Y si luego no lo puedo arreglar, bastará con echarle la culpa a la herencia recibida. ¿Así se busca el voto?

Rajoy o Casado