Necesidad imperiosa

Artículo escrito por Julio García-Casarrubios Sainz

Hemos pasado del bipartidismo al multipartidismo. Un paso que algunos aún no han sabido asimilar. La derecha no sabe ubicarse; no sabe, o no quiere, o no puede. Anda dando bandazos para situarse en un centro al que nunca llega. Huye de tener la imagen de un partido de ultraderecha. Pero cada vez se acerca más. Tan cerca los tiene, que se los van a engullir como sigan por ese camino. Se equivoca en el diagnóstico de que sin ellos, sin la ultraderecha, nunca llegarán a gobernar. Error. Las derechas europeas gobiernan sin la ultraderecha. Supieron desde hace tiempo romper con un populismo antisistema que solo conduce al retroceso.

¿Y la izquierda? Quiero dejar muy claro que la idea malintencionada de que existe una equidistancia entre la extrema derecha y la izquierda más radical es un auténtico disparate. La izquierda, por muy radical que pretendan situarla algunos, desde la transición, ha dado muestras de respeto a la democracia. Se podrán compartir o no sus propuestas, pero son impecablemente respetosas con la democracia. Ningún país europeo se formula dejar fuera del juego democrático a ninguna izquierda. Por el contrario, Europa rechaza frontalmente cualquier acercamiento a la ultraderecha.

Pero eso no significa que las izquierdas no tengan que replantearse sus posiciones. Que la izquierda sea plural, es muy sano, es constructivo, es enriquecedor. Pero tiene que tener un objetivo común, y unos planteamientos mínimos comunes. Las izquierdas tienen la obligación de ocupar todo el espacio político que va desde el centro a la izquierda. Sus diferencias no pueden constituir un obstáculo para llevar a cabo sus planes de avanzar en el bienestar social. Tienen la obligación de defender una posición común frente al conservadurismo que impide avanzar.

El actual gobierno de coalición, primero en la historia de la democracia española, ha beneficiado al PSOE, y ha beneficiado a Podemos. Con sus fricciones lógicas, que existen, y que deben seguir existiendo, han logrado importantes avances. El primero, y más fundamental, ha sido “el diálogo”. Y otros importantísimos avances que han mejorado a los más vulnerables. Habrá más estabilidad, cuanto más debate, cuanto más diálogo. El debate y el diálogo conducen a mejorar las propuestas, a darles mayor solidez. Pero, ¡ojo! Con el punto de mira puesto en el bien común.