Mujeres valientes

El Sr. Espinosa de los Monteros tuvo un gran gesto, -lo digo sin retranca-, en su intervención en el Congreso de los Diputados, el pasado miércoles, con motivo de la moción de censura al presidente Pedro Sánchez. Fue un momento brillante cuando puso en valor a una serie de mujeres de su partido, elogiando sus trayectorias y sus valías. Que hoy veamos en el hemiciclo del Congreso, representando a los españoles,  un número similar de mujeres y de hombres, con perfiles parecidos o mejores, revela que hemos dado un paso de gigantes en cuanto a la igualdad de género.

Basta recordar aquellos tiempos -que algunos añoran-, que afortunadamente no volverán, -espero que no vuelvan-, con el hemiciclo lleno totalmente de hombres; las mujeres no podían representar a los españoles en las Cortes. Sí, Sr. Espinosa; hizo muy bien en resaltar este hecho. Pero lo hubiese completado, si esa distinción la hubiese hecho extensiva a todas las mujeres que hoy se sientan en el hemiciclo del Congreso; no solo a las de su partido. Hubiese quedado más elegante y más justo.

Pero sobre todo faltó algo esencial. Algo que una democracia plena no puede olvidar: “La cantidad de mujeres que lucharon para que este fenómeno, hoy, se produzca con absoluta normalidad”. Muchas mujeres que, a lo largo de siglo y medio, dedicaron su vida a trabajar en favor de poder representar a los españoles igual que los hombres. Muchas mujeres que tuvieron que soportar y sufrir, que algunos las considerasen peligrosas, malvadas, rojas comunistas. Eso merece la pena resaltarlo, con orgullo; el mismo orgullo que hoy sentimos porque sea una realidad.

El Sr. Espinosa de los Monteros, como la totalidad de la sociedad española, debería reflexionar, debería recordar, las cosas que algunos dijeron cuando hubo partidos progresistas que propusieron y defendieron las listas paritarias en los procesos electorales; deberían reconocer que estaban equivocados, deberían pedir perdón por sus burlas. Sí, el diputado Espinosa de los Monteros tuvo un gran gesto. Y hay que continuar resaltándolo todos los días. Y no cesar en la lucha, para que, al igual que en las Cortes, se produzca en la familia, en la calle, en el trabajo, en el sueldo, en las oportunidades. Hay que continuar en la brecha, hay que trabajar, y hay que reconocer y elogiar los avances cuando se produzcan como en esta ocasión.

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