Izquierda desunida
Como siempre ha ocurrido en España existen muy variados partidos políticos que de una forma o de otra se consideran de izquierda. ¿Eso es malo? No. Todo lo contrario. Enriquece a la izquierda. Pluralidad no significa debilidad. Si se sabe administrar la pluralidad se fortalece la unidad. La unidad tiene mayor fuerza porque se enriquece con el debate y los consensos. El debate y el consenso son las herramientas que conducen a coordinar los puntos en común. ¿Y cuáles son los puntos en común?
Pluralidad sí. Pero sin olvidar que izquierda significa priorizar los intereses de las clases medias y trabajadoras. Clases medias y trabajadoras que sostienen el bienestar de la sociedad junto con el capital. No hay economía sin la capitalización de todo el entramado social. Pero un capital puesto al servicio del bienestar social, del desarrollo y de los avances de una sociedad dinámica. Capital y trabajo. Ambos de la mano. Que no se contraponen sino que se complementan. Una sociedad en la que capital y trabajo viven enfrentados no funciona. Pero la izquierda que representa al trabajo tiene que mantenerse firme para evitar que el capital dañe al trabajo.
Esa es la misión de la izquierda, y el objetivo común de todas las izquierdas. Cuando las distintas posiciones de izquierda no saben priorizar el espacio común viene la desunión, y a continuación el abuso del otro sustento que es el capital. Siempre que la izquierda se ha desunido, vencen los postulados de la derecha dispuesta a hacerse la dueña del terreno de juego y entrar en el territorio de los abusos.
No es obstáculo para el avance social, que haya partidos de izquierda con otros objetivos además de mirar por la defensa del mundo del trabajo. Es legítimo que los partidos de izquierda luchen por la primacía de su espacio electoral. Es lógico que cada partido pretenda alzarse con el liderazgo. Pero todo eso tiene solución, si se prioriza la defensa del mundo del trabajo; si se prioriza la lucha por limar las desigualdades y la precariedad; si se hace entender a la sociedad que si los trabajadores tienen sus derechos básicos satisfechos, favorecen el funcionamiento del motor de la economía. Ahí, todas las izquierdas tienen que presentarse unidas ante la sociedad. Que se dejen de batallitas. Ganará la izquierda, ganarán las clases medias trabajadoras; y ganará el desarrollo social del país.