Esto pinta mal
Es una pena. Un país que sabe hacer frente a los problemas reales, con un nivel de aceptación bastante razonable…, luego se encuentra sumido en procesos de crisis social y política de dimensiones insoportables, provocados por irresponsables. Se presenta una pandemia, y con sus más y sus menos, pero se resuelve con resultados mejores incluso de lo previsible. Eso sí, teniendo que luchar contra el virus, y contra aquellos que no tienen el más mínimo escrúpulo para obstaculizar.
Pero no es nuevo. En el año 2006, el Estado Español y uno de los pueblos que lo componen, tuvieron que hacer frente a una grave crisis que afectaba a la integridad y la convivencia en España. Se arregló; como se arreglan los conflictos políticos, con diálogo y acuerdos. Zapatero y Maragall firmaron un acuerdo que satisfizo a ambas partes, sin salirse de las leyes ni de la Constitución. Pero he ahí que entran en juego aquellos que todo les parece mal; solo admiten que se vaya el Gobierno: “Estamos en el principio del fin del Estado que los españoles diseñaron en 1978”. Decía Rajoy; y nada de eso ocurrió; pero se agravó el conflicto catalán.
Zapatero, como otros presidentes tomó la loable decisión de acometer el problema terrorista. Pues bien, el secretario general del PP, Ángel Acebes decía: “Esto no es un proceso de paz, es un chantaje de la banda terrorista a 44 millones de españoles”. La banda terrorista dejó de matar, los delincuentes pagaron sus penas, y aquellos que no tenían delitos de sangre, se incorporaron a la normalidad democrática. Un éxito de todos menos de los que solo se dedicaron a poner palos en las ruedas.
El popular Jorge Fernández Díaz advertía de que hasta el Papa se había dado cuenta del peligro que corría la unidad de la patria: “Benedicto XVI me ha dicho: mire: El Diablo quiere destruir España; el Diablo ataca más a los mejores y por eso ataca a España”. España sigue fuerte a pesar de la actitud de algunos. La estrategia sigue, y seguirá mientras fijen su objetivo en echar al Gobierno. Esto tiene mala pinta. Estamos condenados a soportar, esta forma de hacer política. No ocurrírseles jamás hacer un crítica constructiva basada en hacer propuestas que mejoren la acción del Gobierno, que las hay. Solo les faltaba una ultraderecha que les vaya marcando el paso. Esto tiene muy mala pinta.