La alarma de Page suena con las vacunas en Albacete
03 de febrero de 2021 (13:48 h.)
Articulo escrito por Antonio Martínez Gómez, portavoz del PP en la Diputación de Albacete
Según la RAE, el rubor es el sentimiento de vergüenza, que a su vez es el sentimiento de incomodidad a hacer el ridículo ante alguien. Son sentimientos y sensaciones que en el PSOE de Castilla-La Mancha parecen no conocer, y si lo hacen, las esconden y sobrellevan de manera sensacional.
Hablo de rubor y vergüenza porque es lo que sentiría una persona cualquiera cuando sale a criticar cualquier asunto relacionado con la vacunación y, escasas horas después reciben un sopapo de realidad en toda la cara al verse inmersos en uno de los escándalos más llamativos en el país relacionado con el ámbito de las vacunaciones indebidas.
Me refiero al escándalo destapado por el Digital de Albacete, del que se ha hecho eco posteriormente Libertad Digital, que ha dado a conocer que la Diputación de Albacete, presidida por el socialista Santiago Cabañero, con el mediático socialista Juan Ramón Amores de vicepresidente, vacunó a una lista de cerca de treinta personas irregularmente.
Un escándalo que salpica al PSOE de Castilla-La Mancha, que salpica a García-Page y que salpica a los socialistas de Albacete con Cabañero y Amores como máximos responsables de un escándalo que a cualquier persona haría sentir rubor, vergüenza y le haría dimitir inmediatamente.
Pero a los socialistas de Castilla-La Mancha no, el ‘coro celestial’ que sigue a pies juntillas a Page y que está compuesto, entre otros, por su número dos, Sergio Gutiérrez más conocido como el rey de la trampa y el bulo; Fernando Mora, más conocido por asegurar que el coronavirus se cura con aguardiente gallego; o el presidente de las Cortes Regionales, Pablo Bellido, el presidente que tiene secuestrado el parlamento regional bajo un régimen absoluto y con la actividad al mínimo para evitar molestias al gobierno.
Ellos son ‘Los chicos del coro’ de Page, los que salen a morder cuando el presidente ausente da la voz de ‘la alarma’ (la que nadie quiere y todos queremos el Estado) y los que, sin ningún tipo de vergüenza se meten en berenjenales e insultos a la oposición sin valorar que su propio partido, el PSOE de Castilla-La Mancha, está inmerso en uno de los más sonrojantes casos de vacunación irregular que hemos conocido en los últimos días.
Ellos, más sus satélites, seguro que hoy salen a pedir perdón por toda esa bilis que han vertido manipulando a su antojo y deformando unas declaraciones del presidente, Paco Núñez, sobre la vacunación de los responsables del poder de decisión en el gobierno.
El PSOE de Page está desesperado, ve como se hunde y no tiene dónde agarrarse, por eso se ha agarrado a unas declaraciones que han manoseado nauseabundamente, un asunto que ni ellos mismos se creen, pero del que tienen que sacar petróleo para tener un simple argumento con el que desviar la atención de la penosa gestión, la actitud altiva y las vergonzosas declaraciones y salidas de tono de su líder, Emiliano García-Page, en los últimos meses.
Hablo de rubor y vergüenza porque es lo que sentiría una persona cualquiera cuando sale a criticar cualquier asunto relacionado con la vacunación y, escasas horas después reciben un sopapo de realidad en toda la cara al verse inmersos en uno de los escándalos más llamativos en el país relacionado con el ámbito de las vacunaciones indebidas.
Me refiero al escándalo destapado por el Digital de Albacete, del que se ha hecho eco posteriormente Libertad Digital, que ha dado a conocer que la Diputación de Albacete, presidida por el socialista Santiago Cabañero, con el mediático socialista Juan Ramón Amores de vicepresidente, vacunó a una lista de cerca de treinta personas irregularmente.
Un escándalo que salpica al PSOE de Castilla-La Mancha, que salpica a García-Page y que salpica a los socialistas de Albacete con Cabañero y Amores como máximos responsables de un escándalo que a cualquier persona haría sentir rubor, vergüenza y le haría dimitir inmediatamente.
Pero a los socialistas de Castilla-La Mancha no, el ‘coro celestial’ que sigue a pies juntillas a Page y que está compuesto, entre otros, por su número dos, Sergio Gutiérrez más conocido como el rey de la trampa y el bulo; Fernando Mora, más conocido por asegurar que el coronavirus se cura con aguardiente gallego; o el presidente de las Cortes Regionales, Pablo Bellido, el presidente que tiene secuestrado el parlamento regional bajo un régimen absoluto y con la actividad al mínimo para evitar molestias al gobierno.
Ellos son ‘Los chicos del coro’ de Page, los que salen a morder cuando el presidente ausente da la voz de ‘la alarma’ (la que nadie quiere y todos queremos el Estado) y los que, sin ningún tipo de vergüenza se meten en berenjenales e insultos a la oposición sin valorar que su propio partido, el PSOE de Castilla-La Mancha, está inmerso en uno de los más sonrojantes casos de vacunación irregular que hemos conocido en los últimos días.
Ellos, más sus satélites, seguro que hoy salen a pedir perdón por toda esa bilis que han vertido manipulando a su antojo y deformando unas declaraciones del presidente, Paco Núñez, sobre la vacunación de los responsables del poder de decisión en el gobierno.
El PSOE de Page está desesperado, ve como se hunde y no tiene dónde agarrarse, por eso se ha agarrado a unas declaraciones que han manoseado nauseabundamente, un asunto que ni ellos mismos se creen, pero del que tienen que sacar petróleo para tener un simple argumento con el que desviar la atención de la penosa gestión, la actitud altiva y las vergonzosas declaraciones y salidas de tono de su líder, Emiliano García-Page, en los últimos meses.