Un Presupuesto insuficiente para Valdepeñas
Las consecuencias sanitarias de la pandemia de la Covid-19 en Castilla La Mancha ha dejado hasta la fecha más de ciento treinta mil contagios acumulados y más de 4.000 muertes.
Esto ha conducido a fuertes medidas de restricción que han supuesto la paralización de gran parte de nuestra economía, generando otras consecuencias más allá de las estrictamente relacionadas con la salud pública.
Las previsiones de la caída del PIB en CLM en el 2020 este año son de hasta el 7,5 %, lo que supone una consolidación preocupante de las brechas sociales y territoriales como efecto directo de las políticas de austeridad y de las reformas económicas y sociales en clave neoliberal que fueron, y siguen siendo, muy duras para la mayoría social de Castilla La Mancha.
Paralelamente a todo ello, y cuando más lo necesitan los vecinos y vecinas de Valdepeñas, al contrario, de la forma de actual por parte del Gobierno de España o, incluso, al de la Diputación Provincial de Ciudad Real, el Psoe de Valdepeñas aprueba un Presupuesto Municipal limitado en la inversión y en las ayudas a las entidades y colectivos que peor lo están pasando con la pandemia.
El Gobierno Municipal, mientras reivindica "unos ingresos moderados", vemos como aprueba una nueva tasa fiscal por Vados, recupera a la vez las tasas (derogadas durante el 2020) de terrazas, venta por ventanilla en la hostelería y de publicidad para el pequeño comercio y sube los precios públicos en la Universidad Popular, por citar solamente unos ejemplos, a la vez que, mantiene el IBI, el impuesto sobre basuras en establecimientos, el Impuesto de vehículos con las subidas aprobadas en el 2020 de hasta un 20 %, o la tasa de cementerio que llego a subir hasta en 52,54 % en el caso de las sepulturas con fábrica. Por lo que se mantiene la presión fiscal en los impuestos y se aumentan las tasas en este 2021, y en todo caso si existe una menor recaudación es estas últimas lo será por las restricciones sanitarias o el cierre de instalaciones o servicios, pero nunca porque sus precios hayan bajado.
No esperen de este "gobierno socialista", un mejor reparto del esfuerzo fiscal hacia quien más tiene, ejemplo de ello es su rechazo a la imposición de una nueva tasa para las entidades bancarias con cajeros automáticos en las vías públicas, presentada reiteradas veces por el Grupo Municipal de Izquierda Unida.
En cambio, el presupuesto aprobado por el PSOE, con la abstención de Ciudadanos, presenta un carácter impasible ante la crisis pandémica, la crisis de la hostelería y el pequeño comercio local, el desempleo, y la depresión económica que sufre la ciudad. No atienden a la problemática social y son claramente insuficiente en el contexto de crisis en el que los han aprobado.
La esquilmación en el gasto social, políticas de empleo e incluso, en el capítulo de inversiones, es síntoma del austericidio y asunción de las recetas más ortodoxas conservadoras que plantean, otra vez, sacarnos de la crisis a base de recortes sociales o privatizaciones.
Valdepeñas disminuye su presupuesto municipal en plena crisis sanitaria, económica y social. Las medidas adoptadas por el Gobierno de España como es el aumento del techo del gasto quedarán como una oportunidad perdida. El ahorro neto y superávit de los últimos años, gracias a los impuestos, tasas y precios públicos recaudados entre los valdepeñeros y valdepeñeras, no van a servir para utilizar la deuda como una verdadera herramienta para paliar las graves consecuencias de la crisis económica y social que ya padecemos, ni van a servir para relanzar la actividad económica de los trabajadores autónomos y pymes de la localidad.
Estos presupuestos son la expresión de un gobierno autoritario que da la espalda a los problemas y necesidades de los vecinos y vecinas de Valdepeñas y que se muestra impasible, rutinario, distante a los problemas, sin voluntad de acción, incapaz de ver los retos sanitarios, sociales o económicos que nos esperan durante este año. Obsesionados con la "contención y el control del gasto público". Son unos presupuestos que carecen de cualquier impronta progresista, sin ambición y con una ausencia absoluta de audacia a la hora de plantearlos.
En definitiva, un presupuesto insuficiente, de espaldas a los ciudadanos, que no va a paliar los daños sufridos, ni facilitar la reactivación económica de la ciudad con toda la capacidad fiscal, legislativa y económica que el Ayuntamiento tiene.