Los hosteleros de Valdepeñas se sienten "monigotes" en las manos de las autoridades y de los ciudadanos que no cumplen
Del nivel 2 a nivel 3 reforzado. Así quedó ayer Valdepeñas con la publicación oficial de la nueva resolución que ha impuesto desde hoy el cierre total de la hostelería, de todos los centros deportivos, de las bibliotecas y de los centros sociales. Muchos son los colectivos que se han visto afectados, pero los gerentes de bares y restaurantes son los que más han clamado por ello.
El lunes Televaldepeñas mostraba cómo volvían las actividades en grupo del centro de mayores y el comienzo de la Semana del Libro. De repente, tras unos días hablando de brote en Valdepeñas, la ciudad ha quedado paralizada por medidas de nivel 3 reforzadas. Los primeros damnificados, los autónomos de bares y restaurantes, que como el resto de gimnasios, bibliotecas y centros cultures que están obligados al cierre.
Si antes los hosteleros no entendían estas consecuencias directas en sus negocios, ahora que se han anunciado las rebajas en el nivel 3 mucho menos. En su opinión, las autoridades de Valdepeñas no han defendido los intereses de los negocios valdepeñeros.
Ni el alcalde ni los ciudadanos escapan al enfado de los hosteleros. Se sienten absolutamente "monigotes".
Se lamentan de nuevo de la manera en las que les dejan sin ingresos mientras, según ellos, "las autoridades de todo tipo no controlan al máximo otros ámbitos como la movilidad o las grandes superficies".
Sus negocios y medios de vida "se están hundiendo", a su juicio, sin ninguna base. Por eso van a volver a dedicarse a protestar cada mañana que no puedan trabajar e incluso se plantean pasar a mayores y no acatar rigurosamente la medida del cierre de sus locales.