El Viña Albali Valdepeñas y su política de fichajes
Durante este último año se ha hablado y mucho del presupuesto del Viña Albali Valdepeñas utilizándose para cubrirse las espaldas ante posibles éxitos futuros. Que si "con ese equipo y esos jugadores son el mejor equipo de la liga junto al Barça", que si "como no ganen nada este año va a ser un fracaso" o "según ellos les pagan en vino y mira a quién han fichado". Lo cierto es que los últimos mercados de fichajes del club vinatero han sido buenos, ¿pero más por el trabajo y la política de fichajes del equipo o por la cartera?
Es una obviedad que a los jugadores que llegan no se les paga con vino ni uvas y que el Valdepeñas ha crecido mucho en los últimos años económica y deportivamente. Su presidente, Luis Palencia, anunció que el presupuesto del club para este año es de 1,2 millones de euros tras el aumento del patrocinio de Viña Albali de un 20 por ciento. La confianza no se da de la nada. Si se aumenta el patrocinio es porque hay retorno. O al menos eso se espera ¿Y por qué se habla tanto del Valdepeñas y de sus fichajes? Pues bien, en los últimos años se han traído jugadores de renombre o promesas del mundo del futsal.
Todo comenzó en 2018 con la incorporación de Chino y José Ruiz. El primero procedente de Xota tenía un gran motivo para recalar en la Ciudad del Vino: estar cerca de su hijo que residía en Albacete. El segundo, sería con vistas a finalizar su carrera aquí y se retiró el año pasado siendo muy querido. Un año después vino Rafa Rato un jugador de talla mundial que llegaba, como José, en la recta final de su carrera deportiva, lo que seguramente no imaginaba es al nivel que está hoy a sus 39 años. En el verano siguiente llegaron Sergio González (Ribera Navarra), Xavi Cols (Peñíscola) y Matheus Preá (Ayat). Los dos catalanes venían como promesas del fútbol sala nacional y el brasileño había hecho 41 goles en 28 partidos en Kazajistán.
Para la temporada 2021-2022 el equipo ya venía de afianzarse en los puestos altos de la tabla durante dos años consecutivos y ofrecía un proyecto ilusionante con una de las mejores aficiones de España a sus espaldas. Esa temporada se dio un salto de calidad. Se fichó a Lolo que a sus 34 años buscaba un cambio de aires y nuevos retos después de su etapa en Palma. Llegaba Batería después de un infierno de lesiones que no le permitieron jugar apenas en los dos últimos años. Humberto volvía a la LNFS a sus 35 años después de su etapa en Kairat y también pasar por lesiones. Lemine aparecía también como una gran apuesta después de su buena campaña en Navarra.
Se mantenían pilares importantes como Catela, Chino y Sergio. Y en enero de 2022 llegaría el gigante invisible ruso Dinamo de Samara para llevarse al gaditano y al albaceteño a golpe de talonario. Finalmente el club desapareció sin que estos debutaran, pero el Viña Albali tenía que cubrir dos bajas tan sensibles. Lazarevic (Tyumen) llegó aprovechando el permiso de la FIFA que le dejaba salir de Rusia. Un jugador de talla mundial, aunque con una pubalgia que apenas le dejó jugar Copa del Rey y playoffs de liga, durante el año pasado.
Y ya en este verano, el Valdepeñas se ha reforzado con Solano, Boyis y Bynho. Tres grandes jugadores que llegan atraídos por el proyecto vinatero y en época de plena madurez. A ellos les puede acompañar Abbasi, el pívot iraní que ya se da por fichado en su país, pero con el que hay que terminar todo el papeleo. Hasta que no esté todo en regla no se hará nada oficial. Es un jugadorazo, quiere venir a España y los más rápidos y listos han sido los azulones. Con Niyazov todo estaba hecho, pero la situación convulsa en Rusia hizo que estuviera sometido a presiones que le obligaron a tener que quedarse.
Después de hacer un repaso de las cinco últimas campañas, la conclusión es clara: el Viña Albali es un equipo de oportunidades. Se mueve por mercados donde no aparecen los grandes de España y del futsal para multiplicar sus opciones de éxito. Rato, Humberto o José Ruiz no hubieran llegado si hubieran estado en su 'prime' (mejor momento) o hubieran sido más jóvenes. Sergio o Xavi no hubieran fichado de no ser porque querían crecer de la mano de un equipo en pura efervescencia.
En el caso de Lazarevic, Abbasi o Niyazov son jugadores de mercados no muy aprovechados por los clubes de la LNFS. Si a eso le mezclamos el conflicto de la FIFA con Rusia que afectaba al primero y del tercero, se presentaba una gran oportunidad, porque ambos querían huir de Rusia, y más si era para recalar en nuestra liga. Batería en su mejor momento estuvo en Barça e Inter, el Viña Albali encontró la manera de poder ficharlo para recuperarlo de su infierno de lesiones posterior.
A día de hoy el proyecto es mucho más atractivo y consolidado, pero en las oficinas del club azulón se siguen moviendo para dejar el nombre del Valdepeñas más alto. Lo cierto es que el trabajo de la dirección y del banquillo es sublime. Como dijo David Ramos en el comienzo de la pretemporada de este curso: "Por mucho que otros piensen no somo el PSG somos el Valdepeñas y tenemos que aprovechar nuestras oportunidades". Y no le falta ni un poco de razón.